No pudo ser. La esperanza que arrojó la farmacéutica estadounidense Biogen al anunciar el lanzamiento de Aduhelm, el primer fármaco del mercado que atacaba las que se cree que son las causas del Alzheimer, ha acabado en fracaso apenas un año después.
La compañía desarrolló un anticuerpo monoclonal que reducía las placas de amiloide de las neuronas de las personas que padecen esta enfermedad. Aunque no se ha podido confirmar, se cree que esas placas causan el Alzheimer o, al menos, tienen relación con el desarrollo y evolución de la dolencia. Casi todos los fármacos que existen contra el Alzheimer trabajan con esta hipótesis, y lo cierto es que Aduhelm conseguía reducir esas placas.
A pesar de ello, el fármaco no ha logrado el éxito esperado. Las causas son varias: por un lado, su elevado coste por paciente y año de tratamiento, de hasta 53.000 euros. Un precio desorbitado para un fármaco cuyas evidencias se tambalearon desde el primer momento. De hecho, Biogen llegó a paralizar los estudios previos al lanzamiento del fármaco porque no arrojaba beneficios significativos y, sin embargo, tenía efectos secundarios potencialmente indeseables.
Esto no frenó a la compañía, que reconsideró sus propios datos y volvió a presentárselos a los reguladores estadounidenses, que sorprendentemente aprobaron el fármaco. Los había reinterpretado, y funcionó. No así con la Unión Europea, que desde el primer momento negó la licencia a Aduhelm, cerrando a Biogen un mercado multimillonario.
Lo cierto es que el medicamento contra el Alzheimer de Biogen no iba desencaminado respecto a otras opciones terapéuticas ya presentes en el mercado y algunas que están por venir. Eso ha metido miedo a los laboratorios que lideran las investigaciones que apuestan por la hipótesis del amiloide, pero también está moviendo a algunos científicos a explorar otras vías terapéuticas que puedan ofrecer mejoras significativas.
Para Biogen, la paralización del programa de Aduhelm no solo ha supuesto un golpe a su reputación, sino que ha creado turbulencias en la empresa, con cambios en la cúpula y una pérdida de valor en bolsa incluidos. La compañía, sin embargo, espera presentar en breve los resultados de ensayos relacionados con otro fármaco contra el Alzheimer. Si no repite los errores que llevaron a parte de la comunidad científica a desconfiar de Aduhelm (la reinterpretación de datos que no ofrecían una mejora clínica significativa), quizás esta segunda oportunidad sea la que ofrezca una nueva esperanza a los familiares de enfermos de Alzheimer y, por supuesto, a los propios pacientes.