Una de las grandes reivindicaciones del colectivo de personas con discapacidad es, desde hace décadas, que se sustituya el término ‘disminuidos’ del Artículo 49 de la Constitución Española de 1978 por una palabra que no sea ofensiva. Y están a un paso de lograrlo, después de largas negociaciones entre PSOE y PP, y la contención de otras formaciones.
Los dos partidos ya pactaron hace meses una reforma que sustituyera el término, a la que nadie en el Congreso se niega. Sin embargo, desde el Partido Popular (PP) temían que la apertura de un procedimiento de reforma constitucional sirviera de pretexto a formaciones nacionalistas para pedir cambios mayores que nada tienen que ver con la concreción del cambio que centra el debate. Parece, por el momento, que todos los partidos actuarán con contención y se limitarán al cambio pactado.
Ahora, un acuerdo entre PSOE y Unidas Podemos acelera la culminación de una batalla de décadas, y que siempre ha encallado porque reformar la Constitución en España en un ‘melón’ que nadie quiere abrir por miedo, precisamente, a que algunas formaciones contrarias al texto quieran ir más lejos. Pero, en esta ocasión, incluso se ha pactado con varias formaciones no promover la convocatoria de un referéndum para validar la reforma constitucional, como marca la ley si lo pide una suma de 35 diputados.
Si todo marcha según lo previsto y el pacto no vuelve a descarrilar, la reforma será rápida y, en poco tiempo, el Artículo 49 de la Constitución hablará de ‘personas con discapacidad’ en lugar de hacerlo de ‘disminuidos’. Será una victoria real y definitiva para el colectivo de personas con discapacidad, que con organizaciones como el CERMI o la ONCE a la cabeza han impulsado una reivindicación que situará a los afectados por esa definición en el plano que desean y merecen, alejando la tradicional discriminación que han sufrido.
Porque términos como ‘disminuido’ o ‘subnormal’, que durante décadas marcaron la vida de muchas personas, afortunadamente se han expulsado del lenguaje por las connotaciones discriminatorias y negativas que tienen a la hora de referirse a personas con condiciones que no eligen. Y dado que el lenguaje tiene gran importancia a la hora de incluir o excluir, que la Constitución siguiera excluyendo a quienes buscaba proteger no tenía sentido.
Hay que entender la cultura de cada momento, asumirla y actualizarla. Y este ejemplo es una seña de esa necesidad de evolucionar hacia una sociedad justa con todas las personas. Bienvenido sea el cambio, y que sirva de espita para muchos más.