Dimite el gerente de la Agencia Madrileña de Atención Social de la Comunidad de Madrid, Óscar Álvarez, alegando “motivos de salud” y en plena crisis política por la gestión de las residencias de mayores de Madrid durante el pico de la pandemia. Álvarez era el mayor responsable de los geriátricos de titularidad pública de la región.
La dimisión es la tercera en el departamento dirigido por Alberto Reyero desde que estallase la pandemia en España. Sin ir más lejos, el lunes 22 de junio dimitió Carlos Reus, jefe de gabinete del propio Reyero, alegando “motivos personales”. La primera baja fue la de Miguel Ángel Jiménez, Secretario General Técnico de la Consejería de Políticas Sociales, también “a petición propia” y en medio de la polémica por la estancia de la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, en un apartamento de lujo para guardar la cuarentena.
Esta nueva dimisión se produce en paralelo a la preparación, en la Asamblea de Madrid, de una Comisión de investigación sobre la gestión de los contagios en las residencias de mayores de la región. Se estima que la pandemia ha dejado alrededor de 6.000 muertos en residencias de mayores de Madrid.
El sector alega que la alarmante cifra se debe a que los hospitales declinaron ingresar a los ancianos contagiados, que terminaron muriendo en los centros residenciales en los que habitaban. Varios medios han filtrado algunos documentos en los que se recogen las supuestas órdenes, tanto del Gobierno como del Ejecutivo autonómico en las que se recomendaba tratar a los enfermos en residencias si reunían un alto grado de dependencia, entre otros supuestos factores. Tanto el Gobierno central como en autonómico se culpan mutuamente de las órdenes.
Las tiranteces también se están produciendo en el propio Gobierno madrileño, formado por políticos del Partido Popular y Ciudadanos. Todo ello, mientras las familias y las empresas del sector continúan sin conocer si realmente se dieron órdenes de no ingresar a ancianos procedentes de residencias de mayores, ni quién dio esas órdenes, de haber existido de forma efectiva. Y en un ambiente en el que, en un principio, se culpó directamente a las compañías de gestión residencial de no haber protegido y cuidado adecuadamente a los mayores, ataques que llegaron por todos los frentes y que parece que el tiempo y las noticias que se van conociendo a cuentagotas se están encargando de dilucidar.