“Una siesta diaria, de aproximadamente una hora, puede mejorar la función cognitiva en las personas mayores”, explica María José García Delgado, enfermera del centro de mayores Vitalia Alcalá de Henares. “Las funciones cognitivas son los procesos mentales que nos permiten realizar cualquier tarea, como, por ejemplo, decidir qué ropa ponernos, qué cenar, qué leer… Gracias a ellas, tenemos un papel activo en los procesos de gestión de los estímulos que recibimos, incluyendo la recepción, selección, transformación, almacenamiento, elaboración y recuperación de la información: desde cómo hablar, a qué decir, a qué prestar atención o qué memorizar”, añade.
Estas funciones, que resultan básicas para el día a día de cualquier persona, se pueden potenciar y conservar gracias a algo tan sencillo como una siesta diaria. “Diversos estudios han demostrado que en las personas mayores de 65 años, el dormir una siesta diaria con una duración de 30 a 90 minutos se asocia a un mejor rendimiento de la función cognitiva general”, explica. Aunque advierte que “el envejecimiento no se puede evitar”, pero sí el deterioro cognitivo asociado al mismo o a patologías específicas. “Hay veces en las que el deterioro cognitivo se produce sin ser causado por una enfermedad específica”, puntualiza la enfermera. De ahí que toda práctica que conduzca a una preservación de las capacidades cognitivas deba ser tenida en cuenta, y más si es tan sencilla como dormir brevemente después de comer, algo que también impactará de manera positiva en la reducción del estrés y la ansiedad o en el descanso de la persona.
Para que la siesta de las personas mayores sea beneficiosa, la enfermera da unas recomendaciones que, en realidad, son aplicables a personas de cualquier edad. Por ejemplo, la siesta debe realizarse justo después de comer, para espaciar ese momento de sueño de la noche y evitar que interfiera.
También recomienda prestar atención a la postura, “evitando los cabeceos en el sofá”, que podrían generar contracturas o dolores musculares. Y recomienda realizar una única siesta al día, y no varias pequeñas siestas salpicadas a lo largo de la jornada, ya que esto perjudicará a llevar un sueño ordenado.
No obstante, y a pesar de los beneficios de la siesta en personas mayores, los expertos recomiendan compaginar esta actividad con otras al aire libre, así como la realización de tareas que implican un esfuerzo cognitivo, como hacer pasatiempos, sudokus o leer. Medidas muy sencillas para mantener el cerebro sano, la mente activa y un estilo de vida saludable, sin olvidar la actividad física y una alimentación equilibrada.