Se trata de un proyecto impulsado de forma conjunta por los departamentos de Derechos Sociales y de Salud del Gobierno de Navarra, y que tiene como objetivo buscar una mayor y mejor atención domiciliaria, explorar las barreras a una vida en la comunidad e incrementar la calidad de vida de las personas mayores con dependencia.
Con ‘Vivir mejor en casa’ lo que se busca es fomentar la desinstitucionalización de las personas mayores en favor de la asistencia en domicilio, que se ve reforzada para que cubra las verdaderas necesidades de las personas mayores con un bajo o intermedio nivel de dependencia, y que son las que pueden continuar en su entorno durante más tiempo.
Así, este proyecto piloto se dirige a personas mayores vulnerables, en situación de fragilidad y dependencia y a sus personas cuidadoras no profesionales con el objetivo de retrasar la institucionalización, posibilitando que puedan vivir en su domicilio y entorno social y comunitario con los apoyos necesarios y estudiando las variables y barreras que existen para lograr que aquellas personas mayores que deseen dejen las residencias y vuelvan a vivir en la comunidad.
“Partimos de la hipótesis de que hay personas que han ingresado en un centro residencial porque no tenían los apoyos suficientes para permanecer en su domicilio”, ha destacado Mª Carmen Maeztu, consejera de Derechos Sociales, quien ha señalado que “el proyecto pretende definir los recursos y apoyos que van a necesitar para su vuelta a la comunidad, y el plan de intervención para acompañar ese paso desde la residencia hasta la comunidad”.
El proyecto está gestionado por la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) y la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA), y cuenta con una subvención de 2,6 millones de euros que proceden de los fondos europeos NextGeneration. Por el momento, se desarrollará en las residencias de mayores El Vergel de Pamplona y Santo Domingo de Estella.
En estos centros se seleccionará a candidatos a participar en la iniciativa a través de una valoración geriátrica integral centrada en la persona con equipos especializados y de Atención Primaria sanitaria y social para detectar puntos de fragilidad reversible, con búsqueda de viviendas y comunidades adaptadas y una gestión de las personas candidatas en dos fases: una primera centrada en la retirada de apoyos previos al alta, con seguridad para la persona; y, en un nivel comunitario, el diseño de tránsitos elegidos por las personas y pactados, adaptación a la nueva vivienda y una valoración de la calidad de vida de estas personas desinstitucionalizadas.
En esta fase del proyecto las acciones se van a llevar a cabo en estrecha coordinación con los 120 profesionales de las residencias y el apoyo tanto del Departamento de Salud y el Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea como del Departamento de Derechos Sociales, al ser esencial la labor social y comunitaria que realizan sus más de 40 profesionales técnicos de Atención Primaria de salud y de los servicios sociales de base, que garantizarán esta coordinación y los apoyos sociosanitarios.
En paralelo, se persigue un enfoque preventivo para mejorar la atención domiciliaria. Este caso, el proyecto se basará en Barcelona, donde también se trabajará para realizar contrataciones específicas en el sector de atención a la dependencia. Y es que, además de en Navarra, parte del proyecto se realizará en Cataluña y en Madrid, donde sus resultados finales los difundirán la SEGG y CEOMA entre los profesionales de atención geriátrica y gerontológica y las personas mayores.