Una de las mayores dificultades a las que se enfrentan los familiares de una persona con Alzheimer es la forma de comunicarse con el paciente. La enfermedad, sobre todo en sus estadios más avanzados, dificulta las capacidades comunicativas y hace difícil poder gestionar correctamente un acto intrínsecamente humano.
Con motivo del Día Mundial del Alzheimer, que se celebra cada 21 de septiembre, la compañía de atención domiciliaria Qida ha querido recoger algunas pautas para comunicarse con un enfermo de Alzheimer. Son útiles no solo para las familias, sino también para los cuidadores cuyo trabajo diario se desarrolla con estas personas.
Como destaca Virginia Martín, psicóloga especializada en Psicogerontología y referente social de Qida, “como cuidador, debemos ante todo saber cómo comunicarnos o relacionarnos con el usuario que padece Alzheimer”, para lo que recomienda buscar temas de interés que permitan romper el hielo e iniciar una conversación con el paciente. De este modo, además, se estará reforzando la autonomía del enfermo, ya que tendrá la capacidad de elegir el tema.
No obstante, la psicóloga recomienda ser prudentes, sobre todo al inicio de la conversación: no hay que forzar al paciente para que interactúe, sino que es preferible dejar que la conversación fluya con naturalidad. Incluso que no se produzca si ese es el deseo del enfermo, aunque tampoco hay que permitir, en la medida de lo posible, que se aíslen por no querer entablar conversaciones o relaciones.
Además, la experta aconseja dejar que el paciente termine por sí mismo las frases. Solo si vemos que se atasca se podrá ayudar a continuar, porque eso también permitirá continuar la conversación.
También es útil aprovechar herramientas y objetos para acompañar a la conversación. Por ejemplo, fotografías que apoyen los mensajes, o recursos como la música para fomentar una atmósfera agradable que invite a conversar. Hay juegos que también pueden ayudar a mejorar la comunicación con personas con Alzheimer, y dispositivos electrónicos que pueden contribuir a enriquecer y facilitar los mensajes.
Por último, la experta recomienda hacer partícipe del paciente en las conversaciones que se desarrollen en su entorno, así como utilizar un lenguaje sencillo y pausado para permitirle seguir el ritmo y poder participar en igualdad de condiciones.
“Todas estas herramientas y recursos van a facilitar la comunicación, van a aportar seguridad y reforzar la autonomía y calidad de vida de las personas afectadas por esta enfermedad”, destaca Virginia Martín. Comunicarse con una persona con Alzheimer es posible y deseable, y enriquecedor para las partes. Solo hay que adaptarse a las necesidades y limitaciones del paciente para poder disfrutar de una agradable conversación.