Caminar a diario tiene una plétora de efectos beneficiosos sobre la mente y el cuerpo: ayuda a mejorar la capacidad cognitiva del cerebro, el sistema nervioso y los músculos, potencia la regeneración de los órganos, previene el deterioro de las capacidades físicas y mentales e incluso contribuye a aliviar el estrés. Pero, ¿qué hace exactamente caminar en nuestro cuerpo desde una perspectiva neurofisiológica? Este artículo pretende explicar algunos de los beneficios más profundos de caminar de forma comprensible y sencilla
El cerebro es capaz de cambiar físicamente y crecer en función de la frecuencia e intensidad de determinados estímulos (lo que se conoce como neuroplasticidad). Esto significa que nuestro cerebro responde a la repetición de determinadas tareas o acciones, ajustando su fisiología para acomodarse mejor a ellas. Caminar con regularidad puede ayudar a estimular este proceso, ya que movemos nuestro cuerpo de una determinada manera. Se ha demostrado que caminar mejora la función cognitiva en los adultos, ayudando en la prevención y el tratamiento de diversas afecciones.
Las endorfinas son hormonas producidas por el cerebro que reducen la sensación de dolor y depresión, además de proporcionar una sensación general de bienestar. Los estudios han demostrado que caminar puede ayudar a aumentar la liberación de endorfinas en el cuerpo, haciéndonos sentir más felices y relajados. Esto, a su vez, puede ayudar a mejorar la capacidad de pensar con claridad y tomar mejores decisiones.
Caminar tiene un efecto importante sobre la salud cardiovascular. Ayuda a reducir los niveles de colesterol LDL ("malo") y a aumentar los de colesterol HDL ("bueno"). Además, caminar puede reducir la tensión arterial, lo que es beneficioso para quienes padecen hipertensión y enfermedades cardiovasculares.
Caminar también es beneficioso para el aparato digestivo. Caminar con regularidad puede ayudar a reducir el riesgo de cáncer de colon y facilitar la digestión de los alimentos. El aumento de la actividad física también puede ayudar a disminuir el riesgo de padecer ciertas enfermedades, como la diabetes de tipo 2 y ciertos tipos de cáncer.
Caminar ayuda a aumentar la resistencia aeróbica, incrementando la capacidad de hacer ejercicio durante períodos más largos y con mayor intensidad. Esto se traduce en un corazón más fuerte, una mejor función pulmonar, una mayor captación de oxígeno y un aumento de los niveles de energía.
Caminar es una forma excelente de ejercicio para reducir el estrés y la ansiedad, ya que ayuda a relajar el cuerpo y a desestresar la mente. Caminar también ayuda a reducir los niveles de cortisol, lo que puede contribuir a reducir los riesgos para la salud relacionados con el cortisol.
La lista de beneficios relacionados con caminar desde una perspectiva neurofisiológica es extensa. Caminar ayuda a mejorar la salud mental y física, además de proporcionar otros muchos beneficios para la salud. La actividad física regular puede ayudar a reducir el riesgo de padecer ciertas enfermedades, al tiempo que mejora la capacidad cognitiva. Así que, ¿a qué esperas? Ponte los zapatos, sal a la calle y ¡empieza a caminar!