Amnistía Internacional denuncia la violación de hasta cinco Derechos Humanos de personas mayores en España durante la pandemia. En concreto, se centra el el derecho a la salud, la vida, a la no discriminación, a la vida privada y familiar, y a una muerte digna. Y lo peor de todo es que alerta del riesgo de repetir estos errores, que enmarca en la atención a los mayores durante la primera ola de la pandemia.
La organización se centra en su informe, titulado ‘Abandonadas a su suerte. La desprotección y discriminación de las personas mayores en residencias durante la pandemia de COVID-19 en España’, en los mayores que viven en residencias, centros que asegura que “nunca pueden ser ‘aparcamientos’ de personas mayores” en los que, además, se esgrima su naturaleza “para no garantizarles la atención y protección que tienen reconocidas”.
El informe critica “la mala gestión durante el pico de la primera ola”, que “desembocó en falta de protección del personal, escasez de recursos y mínima asistencia médico-sanitaria”. También apunta a “la exclusión generalizada y discriminatoria de la derivación hospitalaria y aislamiento de residentes”. Y critica que los residentes apenas tuvieron posibilidad de comunicarse “con sus familias ni con el mundo exterior”.
La organización asegura que ha documentado “en Madrid y Cataluña” esta “denegación de derivación a hospitales de las personas mayores que vivían en residencias, sin una valoración individualizada”, lo que enmarca en “una violación del derecho a la no discriminación”.
Esta denuncia la resume en “la denegación del derecho a la salud de las personas mayores”, que vincula “a las medidas de austeridad y la infrafinanciación de la sanidad”, eximiendo por tanto a las residencias de esta situación.
De hecho, Amnistía Internacional critica que “el personal de las residencias no contó con la protección suficiente ni el acceso adecuado a tests, lo que aumentó el riesgo de contagios y las dificultades para implementar las directrices recibidas”. La organización vincula a estas condiciones “las bajas” que sufrieron estos centros, que asegura que “alcanzaron en muchas residencias a la mitad o más de la plantilla”.
Además, Amnistía Internacional denuncia en su informe que “la mayoría de residencias en Madrid y Cataluña no estaban ni están bien dotadas de personal ni de equipamiento médico”. Y asegura que “en el pico de la pandemia no estaban preparadas para brindar asistencia médico-sanitaria adecuada a sus residentes ni para gestionar la especial vulnerabilidad”.
Algo que vincula con la difcultad derivada y consecuente para tratar “patologías comunes como llagas, úlceras o depresión” de los usuarios. Incluso apunta a que “la combinación de falta de personal y recursos y el obligado aislamiento por sospecha de COVID-19 produjeron en varios casos desnutrición, deshidratación y rápido deterioro emocional en las personas mayores en residencias”, lo que cree que podría “constituir trato cruel e inhumano conforme a estándares internacionales”.
El demoledor informe completo está disponible en este enlace.