Investigadores del Grupo Hartmann y el Eurecat inventan un apósito inteligente que detecta infecciones cutáneas causadas por bacterias gracias al uso de biotintas.

Inventan un apósito inteligente que detecta infecciones cutáneas, en un proyecto (K-BracTrack) financiado por el Centro por el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) e impulsado por investigadores de la compañía alemana Hartmann y del centro tecnológico Eurecat.

El apósito utiliza biotintas para la detección de infecciones bacterianas por colorimetría, la ciencia encargada de estudiar la medida de los colores y la cuantificación de la percepción del color.

Gracias a estas técnicas y a sensores biocompatibles y reactivos a proteínas para colorimetría, el apósito se coloca sobre la piel y monitoriza, en tiempo real, el estado en que se encuentra una lesión cutánea, principalmente una herida. La simple coloración de la misma permite a los profesionales sanitarios comprender el estado de la lesión cutánea sin necesidad de recurrir a otras pruebas diagnósticas.

El proyecto está liderado por la Unidad de Impresión Funcional y Dispositivos Encastrados del Eurecat, que trabaja para determinar los efectos que tiene la bioseñalización bacteriana colorimétrica visual en la piel para, así, poder desarrollar biosensores capaces de analizar las lesiones e interpretarlas adecuadamente.

Inventan un apósito inteligente que detecta infecciones cutáneas gracias a la colorimetría

Esta investigación, que parece sacada de ciencia ficción -aunque se desconoce si llegará al mercado ni cuándo podría hacerlo-, es un paso más para demostrar cómo la tecnología puede ayudar al cuidado de la salud, con un producto que podría ser perfectamente aplicable al sector de la atención a la dependencia.

De hecho, al tratarse de un dispositivo no invasivo y con el que cualquier persona está familiarizada, los profesionales sanitarios y cuidadores podrían hacer uso de él en personas mayores o en situación de dependencia independientemente de su estado cognitivo o físico, y sin efectos secundarios de ninguna clase.

A medida que la tecnología se integra en el sector de los mayores, las posibilidades de ofrecer cuidados personalizados y adaptados a las condiciones particulares de cada persona se hacen más evidentes y marcarán el futuro del sector de atención a la dependencia.