Perifit ha lanzado un revolucionado dispositivo que permite entrenar el suelo pélvico de las mujeres a través de videojuegos.
Perifit ha lanzado un revolucionario dispositivo para entrenar el suelo pélvico de las mujeres a través de videojuegos. El dispositivo ejercitador de Kegel permite controlar los músculos del suelo pélvico de la mujer a través de diferentes videojuegos diseñados por médicos especializados, con el objetivo de contribuir a mejorar las consecuencias de patologías como la vejiga hiperactiva.
Este trastorno, que afectaría a alrededor del 16 % de las personas, provoca las necesidades frecuentes y urgentes de orinar. La proporción de mujeres que informaron al menos un trastorno del suelo pélvico aumentó con la edad (9,7 % de mujeres de 20 a 39 años frente a 49,7 % de mujeres de 80 años o más).
Para evitar este tipo de trastornos, las Autoridades Sanitarias recomiendan revisar el suelo pélvico, que son los músculos que se utilizan al detener las ganas de orinar, así como ejercitarlo de 10 a 15 veces a la semana mediante los citados ejercicios de Kegel. Se ha demostrado que estos ejercicios contribuyen a reducir también los síntomas de prolapso tras el embarazo.
Perifit lanza un dispositivo conectado para entrenar el suelo pélvico
Ahora, y para contribuir a que estos ejercicios se realicen de manera efectiva, Perifit ha lanzado un dispositivo conectado y tridimensional que permitirá a los profesionales sanitarios visualizar con mayor claridad lo que sucede dentro de la pelvis de la paciente. Se trata de un avatar fisiológicamente preciso a la definición estándar de biorretroalimentación que ayudará a aprender qué son los músculos del suelo pélvico, dónde están ubicados, cómo se mueven (hacia arriba y hacia adelante) y qué sucede en su cuerpo cuando se realiza un Kegel correcto.
Perifit, diseñado en su sede de París, es la marca detrás del ejercitador Kegel conectado más vendido en el mercado. Al mismo tiempo, la marca está poniendo fin al tabú que rodea la salud vaginal y del suelo pélvico, algo que genera un retraso a la hora de diagnosticar y tratar estos trastornos, que incluyen, con frecuencia, la pérdida involuntaria de orina.