A medida que la población mundial sigue envejeciendo, la diferencia de esperanza de vida entre hombres y mujeres se reduce. Según los datos de todo el mundo, las mujeres tienden a vivir, en promedio, más que los hombres. Sin embargo, en las últimas décadas, la diferencia se ha reducido debido a varios factores, incluidos la mejora de la asistencia sanitaria, los cambios en los estilos de vida y la disminución de las diferencias de género.
Los datos de la esperanza de vida en varias regiones y países
En la mayor parte del mundo, las mujeres superan en longevidad a los hombres.
Según los datos de la Organización Mundial de la Salud, la esperanza de vida media mundial para los hombres en 2016 era de 69,8 años, 5,8 años menos que los 75,6 años de las mujeres. En Estados Unidos, la diferencia es ligeramente mayor: una esperanza de vida media de 76,1 años para las mujeres frente a 76,9 años para los hombres. Sin embargo, en los últimos años, la brecha se ha ido cerrando. Desde 2000, la diferencia en la esperanza de vida al nacer entre hombres y mujeres se ha reducido una media de 0,12 años al año en Estados Unidos y países similares. Se espera que esta tendencia continúe hasta 2050.
¿Cuáles son los factores que explican la diferencia en la esperanza de vida entre hombres y mujeres?
Uno de los principales factores que explican la diferencia en la esperanza de vida entre hombres y mujeres son sus decisiones en materia de salud y estilo de vida. Las investigaciones han demostrado que las mujeres tienen más probabilidades de adoptar conductas saludables, como seguir una dieta sana, hacer ejercicio y evitar comportamientos dañinos, como el abuso de tabaco y alcohol. Además, las mujeres son más propensas a someterse a revisiones médicas periódicas y a recibir atención preventiva, lo que desempeña un papel crucial en el diagnóstico precoz y el tratamiento de diversas enfermedades y afecciones.
Por otra parte, los hombres son más propensos a adoptar conductas de alto riesgo, como fumar, beber en exceso y conducir de forma arriesgada. Estas conductas, además de incrementar el estrés y los índices de obesidad, aumentan el riesgo de padecer diversos problemas de salud, como enfermedades cardiacas, accidentes cerebrovasculares, cáncer y diabetes, y pueden reducir la esperanza de vida de los hombres.
Mejoras en la asistencia sanitaria y la tecnología médica
Los avances recientes en la asistencia sanitaria y la tecnología médica también han contribuido a reducir la diferencia en la esperanza de vida entre hombres y mujeres. Las mujeres se benefician de los servicios de atención a la longevidad y prevención disponibles, como los cribados de cáncer de mama y las pruebas de colesterol. Además, la investigación médica en materia de "salud de la mujer" ha dado importantes descubrimientos, como tratamientos para la osteoporosis, mejoras en la prevención y tratamiento de las enfermedades del corazón, y avances en el tratamiento de determinados tipos de cáncer. Algunos expertos creen también que los recientes tratamientos para los síntomas de la menopausia, como la terapia de reemplazo hormonal, han desempeñado un papel en el aumento de la esperanza de vida de las mujeres.
Por otra parte, existen menos avances específicos en la "salud del hombre". La investigación en materia de salud masculina ha recibido escasos fondos, y son pocos los expertos médicos que se centran específicamente en las necesidades médicas de los hombres. Esto ha dado lugar a una disparidad en el diagnóstico, tratamiento y atención de diversas afecciones médicas entre mujeres y hombres. En los últimos años, sin embargo, se ha prestado cada vez más atención y se ha destinado financiación a la investigación en salud masculina, lo que se espera que contribuya a mejorar la asistencia sanitaria y la tecnología médica para los hombres.
Resumen
Aunque las mujeres siguen viviendo más que los hombres, la diferencia en la esperanza de vida entre los dos sexos se reduce. Esto se debe a muchos factores, como los cambios en el estilo de vida y la utilización de servicios sanitarios, así como a los avances en la asistencia sanitaria y la tecnología médica. Se espera que la diferencia en la esperanza de vida entre hombres y mujeres siga reduciéndose en los próximos años, a medida que los esfuerzos por mejorar la asistencia sanitaria y la investigación médica se centren en las necesidades de los hombres.
