El concepto de “vulnerabilidad” es un término que abarca una notable complejidad. Este se refiere a la posibilidad de sufrir daños, así como a la finitud y mortalidad inherente al ser humano. A pesar de su simplicidad aparente, la vulnerabilidad presenta múltiples dimensiones que merecen ser exploradas.
En primer lugar, se puede identificar una dimensión antropológica que establece la condición de vulnerabilidad del ser humano en su esencia. Por otro lado, existe también una dimensión social que enfatiza la mayor susceptibilidad provocada por el entorno o las condiciones de vida, lo que da origen a lo que se conoce como “espacios de vulnerabilidad” y “poblaciones vulnerables”. Esta última perspectiva nos lleva a considerar las capacidades y el reconocimiento como elementos fundamentales en el vínculo entre los seres humanos, los cuales son la base de una obligación moral.
El papel del cuidado y la solidaridad
Dicha obligación moral se manifiesta principalmente a través del cuidado y la solidaridad, enmarcados dentro de un contexto de justicia. La comprensión de estas dimensiones es crucial para abordar los desafíos que enfrentan aquellos considerados vulnerables en nuestra sociedad.
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