La retirada de sujeciones físicas en residencias —atar a una persona a la cama o al sillón, o inmovilizarla por rutina— no es un gesto simbólico: es una transformación completa del modelo asistencial. En Asturias, la prensa regional ha puesto el foco en tres residencias públicas del ERA donde ya se prohíbe inmovilizar a las personas usuarias, incluso para dormir.
El enfoque, impulsado con metodología especializada, exige más formación, cambios en prevención de caídas, revisión de psicofármacos y liderazgo clínico. En este proceso destaca el papel de la Fundación Maria Wolff, referencia técnica en estrategias de eliminación segura de sujeciones.
Qué significa ser un Centro Libre de Sujeciones
Un Centro Libre de Sujeciones es aquel que organiza sus cuidados para que la sujeción física no sea una práctica habitual ni preventiva por defecto. El objetivo es doble: proteger la dignidad y los derechos de la persona, y mejorar la seguridad clínica reduciendo daños asociados al inmovilismo (pérdida de masa muscular, úlceras por presión, deterioro funcional, delirium, mayor dependencia).
La clave es que “libre de sujeciones” no equivale a “sin riesgos”: equivale a gestionar el riesgo con medidas clínicas y organizativas más eficaces que atar.
Sujeciones y seguridad: el error histórico
Durante años se justificaron sujeciones para evitar caídas. Sin embargo, la evidencia y la práctica avanzada han demostrado que no eliminan el riesgo y, en muchos casos, agravan las consecuencias: las caídas pueden ocurrir igual (transferencias, baño, pasillos) y el inmovilismo aumenta fragilidad y lesiones.
Los tres centros señalados en Asturias
Según la información difundida por la Fundación Maria Wolff a partir de la cobertura de prensa regional, los tres centros públicos del ERA identificados como “libres de sujeciones” son:
Fundación Maria Wolff: el papel de la metodología
La retirada segura de sujeciones no se sostiene con una instrucción genérica. Requiere metodología, formación y seguimiento. En Asturias, la Fundación Maria Wolff ha colaborado en los últimos años con el ERA en la eliminación segura de sujeciones físicas y en el rediseño de procedimientos asociados, especialmente la prevención de caídas sin recurrir a inmovilizaciones.
Formación del personal y cambio cultural
El cambio real empieza en auxiliares, enfermería, terapia ocupacional, medicina, fisioterapia y dirección. Se revisan rutinas, se sustituyen “medidas por conveniencia” por planes individualizados y se incorpora un lenguaje clínico común para decidir alternativas.
Qué cambia en el día a día de una residencia sin sujeciones
La eliminación de sujeciones obliga a mejorar procesos concretos, no solo discursos.
Prevención de caídas centrada en el riesgo de lesión
El enfoque moderno no busca “cero caídas” a cualquier precio, sino reducir probabilidad de caída y, sobre todo, el riesgo de lesión. Eso implica: ajustar entornos, iluminación nocturna, calzado, ayudas técnicas, supervisión no intrusiva y planes de movilidad seguros.
Revisión de psicofármacos y sujeciones “invisibles”
Un centro libre de sujeciones coherente también revisa la medicación que puede actuar como restricción de facto (sedación, somnolencia, inestabilidad). La práctica avanzada incorpora auditoría farmacológica, especialmente en personas con demencia o delirium recurrente.
Atención Centrada en la Persona como estándar operativo
Eliminar sujeciones exige conocer hábitos, ritmos, preferencias y desencadenantes conductuales. Se trabaja más la validación emocional, las terapias no farmacológicas y la adaptación del entorno para reducir agitación sin recurrir a restricciones.
Riesgos, límites y “lo que nadie cuenta”
Hablar de centros libres de sujeciones sin explicar condiciones de éxito es vender humo. Hay tres puntos críticos:
Dotación y competencia del equipo
Sin formación y liderazgo clínico, el riesgo es sustituir sujeciones físicas por otras prácticas igualmente restrictivas (sobrevigilancia, sedación, “sillones trampa”). La eliminación real exige competencia técnica y seguimiento.
Protocolos y registro clínico
Las decisiones deben documentarse: evaluación de riesgo, medidas alternativas, plan de movilidad, prevención de lesiones y comunicación con familia o representante legal.
Indicadores de calidad que deben mejorar
Un centro que retira sujeciones debe demostrarlo con resultados: caídas con lesión, uso de psicofármacos, úlceras por presión, deterioro funcional, satisfacción de residentes y familias, y clima laboral.
Tabla
| Elemento clave |
Modelo con sujeciones |
Centro Libre de Sujeciones |
Qué se evalúa para asegurar calidad |
| Prevención de caídas |
Inmovilización preventiva |
Gestión del riesgo y del entorno |
Caídas con lesión, planes individualizados |
| Conductas difíciles |
Restricción física o sedación |
Intervención no farmacológica + ajuste clínico |
Uso de psicofármacos, episodios de agitación |
| Movilidad |
Se reduce “por seguridad” |
Se promueve movilidad segura |
Deterioro funcional, dependencia |
| Derechos y dignidad |
Riesgo de vulneración |
Enfoque ACP y buen trato |
Quejas, satisfacción, auditorías internas |
Resumen
Asturias avanza hacia un modelo de “contención cero” en residencias públicas que pone el foco en seguridad clínica y derechos. La prensa regional, a través de información recogida por la Fundación Maria Wolff, identifica tres centros del ERA donde se prohíbe inmovilizar a las personas usuarias, incluso para dormir: CPR Valentín Palacio (Siero), CPR El Cristo (Oviedo) y CPR Clara Ferrer (Gijón). Ser “libre de sujeciones” no es retirar correas: es rediseñar prevención de caídas, revisar psicofármacos, formar equipos y consolidar Atención Centrada en la Persona con indicadores verificables. Si se hace bien, el resultado es un cuidado más digno, más profesional y, a medio plazo, más seguro.
Referencias
https://mariawolff.org/actualidad/centros-libres-de-sujeciones-de-fundacion-maria-wolff-en-la-prensa-asturiana/