El Grupo Ciudad Jardín comprará una residencia de mayores en Cáceres a las Hermanitas de los Pobres y reformará las actuales instalaciones para ampliarlas y añadir un centro de atención diurna.
El Grupo Ciudad Jardín comprará una residencia de mayores en Cáceres. La gestora residencial ultima la compra del centro que actualmente es propiedad de las Hermanitas de los Pobres, y que cuenta con 110 plazas.
El objetivo de la compañía es remodelar las instalaciones para ampliar su capacidad hasta las 250 plazas residenciales, así como incorporar un centro de atención diurna.
La operación, que se firmó en junio y se hará efectiva en octubre, incluye la subrogación del personal del centro -unos 30 empleados-, así como el mantenimiento de las actuales condiciones económicas para los usuarios. Al tratarse de una residencia gestionada por la congregación religiosa, en muchos casos la tarifa que pagan los usuarios no llega a cubrir los gastos generados, pero Grupo Ciudad Jardín asumirá las condiciones y buscará compensarlo con la ampliación de plazas y la apertura del centro de día.
Esta residencia de mayores en Cáceres será la tercera del Grupo Ciudad Jardín en la ciudad y el octavo en la provincia, tras la apertura que protagonizó el año pasado en Plasencia. En total, el Grupo cuenta con once geriátricos en España, en los que oferta más de 1.100 camas. La facturación de Ciudad Jardín ronda los 16 millones de euros anuales.
Grupo Ciudad Jardín compra una residencia de mayores en Cáceres
El Grupo Ciudad Jardín está participado por varias empresas, entre las que destaca Hercar Inversiones. Su estructura responde a sociedades independientes que explotan cada centro, que en su mayoría no son propiedad de la compañía, sino de terceros que le encargan su gestión. Así sucede, por ejemplo, con la residencia de mayores Ciudad Jardín San Jorge, propiedad del Obispado de Cáceres.
El ejemplo de esta compañía demuestra que la configuración del mercado residencial en España es capaz de adoptar diversas formas: coexisten los grandes grupos internacionales con pequeñas empresas familiares que explotan, en muchos casos, un único centro. Pero también lo hacen con sociedades que se encargan de gestionar residencias de pequeño tamaño y escaso músculo financiero y que se integran, sin perder la propiedad del inmueble, en un grupo con mayor peso en el mercado por contar con una marca reconocida. Son diversas fórmulas para un sector por lo demás atomizado al que muchos expertos auguran una progresiva tendencia a la concentración.