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Entrevista con el presidente de UPIMIR

Vicente Botella: “El COVID nos ha destrozado, pero es que somos la parte más débil de todo el sistema”

Vicente Botella es presidente de UPIMIR.
Vicente Botella es presidente de UPIMIR.
martes 22 de febrero de 2022, 08:00h

UPIMIR es la patronal catalana de residencias de mayores y centros de día de menor tamaño del sistema. Recursos que contrastan con las grandes promociones con centenares de plazas, y que, por ser muchas de ellas empresas familiares, tienen que luchar contra el desconocimiento, la desconfianza instalada en el sector a raíz de la crisis sanitaria, las Administraciones, la regulación… Retos que, pese a todo, no les impiden seguir dando cada día cuidados dignos a sus usuarios.

¿Qué es UPIMR?

Es la Unión de Pequeñas y Medianas Residencias, una patronal de ámbito catalán que une pequeñas y medianas residencias de la tercera edad, centros de día y servicios de asistencia domiciliaria.

UPIMIR nace para contrarrestar el poder de los grandes grupos empresariales, que no tienen nada que ver con nuestro modelo de negocio, que es de centros de menos de 50 plazas, de proximidad y un lugar de trabajo para sus propietarios, no de especulación o de ganancias para revenderlo.

Nosotros entendemos que las residencias son hogar de los usuarios que residen en ellas y, por tanto, nos dedicamos a cuidarlos y atenderlos, defendiendo un modelo puro social, ni sanitarizado ni hotelero. Las residencias de UPIMIR son la sustitución del hogar de las personas, por lo que deben ser cercanas a su entorno y suplentes de lo que no tienen en su domicilio.

¿Cuántas residencias hay asociadas a UPIMIR?

Nosotros contabilizamos los socios por NIF, por lo que hay una pequeña discrepancia entre los NIF y los centros de trabajo. Tenemos 120 NIF o empresas, que representan a unos 160 centros.

¿Son todas con ánimo de lucro?

Sí, es una patronal de entidades mercantiles. No tenemos fundaciones o residencias del Tercer Sector.

UPIMIR es una patronal, pero ¿cómo se complementa con otras patronales más grandes, de entre las varias que tiene el sector asistencial?

Nosotros estamos en un periodo transitorio para entrar en CONPYMES a nivel nacional, quien nos representaría como patronal. Intentamos ser inclusivos, pensamos que todo el marco de residencias y centros de día puede incluir a grandes, pequeñas, con ánimo de lucro o sin él… Nunca hemos dado codazos para echar a nadie porque es un sector poco solidario donde unos pocos quieren coparlo todo. Así nos va. Creemos que hay que empatizar en los puntos en que sumamos.

¿El hecho de que haya muchas patronales puede perjudicar a que el sector tenga una única voz, a pesar de lo diverso que es?

La atomización de patronales no beneficia, pero lo que tampoco va bien es que hace 30 años solo había una. Habría que intentar unirnos unos con otros, aunque es difícil porque cada uno ya tiene sus juntas directivas, despachos y personal. Pero sí se puede crear una federación o confederación, algo que sea luchar juntos sin perder la identidad. Tengo muy claro que, juntos, la Administración nos respeta y que, por separado, a cada uno nos dice una cosa.

¿Tienen las pequeñas y medianas residencias de mayores alguna desventaja a la hora de competir con las grandes?

Hay residencias pequeñas que son una pasada cómo funcionan. Los usuarios quieren disfrutar lo que les queda de vida, no una piscina o un huerto. Quieren pasar el día lo más ameno posible, comer bien, estar calientes en invierno… Nosotros tenemos poca rotación de personal, algo muy bueno porque cambiar constantemente de cuidadores puede traer problemas.

Pero somos muy susceptibles a cualquier cambio que la Administración imponga en el sector. Para nosotros, aumentar la ratio de personal nos afecta mucho más que a una residencia grande. Cuantas más plazas tienes, más plazas puedes tener llenas, y de ahí sale el beneficio. Si te incrementan el gasto, pero no el ingreso, las pequeñas son más fáciles de matar que las grandes.

El Gobierno apuesta por un modelo de residencias de mayores más pequeñas, con menos plazas. ¿Cómo valoran en UPIMIR esta propuesta?

Estamos de acuerdo porque es lo que somos, pero como no queremos expulsar a nadie, hay que dar opciones a la gente de mayor tamaño para que compartimente o sectorice. Lo que no se puede es tirar por la borda lo que se tiene, sino utilizarlo y, poco a poco, mejorar el sector. Para nosotros, una de esas mejoras es que las plazas oscilen entre 50-70 o 90, pero lo que tendría que haber es un trato mucho más personalizado y los espacios, más amables para el usuario, algo que dan los centros pequeños, sin ninguna duda.

¿Qué hace UPIMIR con sus socios?

Como cualquier patronal, tenemos parte formativa subcontratada con diferentes empresas, y nuestra parte fundamental es defender los intereses tanto de los centros privados como luchar contra la Administración, que, en este sector, donde tiene muchas plazas, nos hace batallar con ella. Intentamos defender a nuestros asociados para que sean viables, coherentes y solventes.

Estamos muy preocupados por la imagen pública y social que estamos dando. Ni todos son buenos ni todos son malos, hay de todo. Pero solo se nos sacan los trapos sucios. El COVID nos ha destrozado, pero es que somos la parte más débil de todo el sistema, con gente muy enferma y muy frágil. No se nos puede culpar así porque hemos visto morir a nuestros usuarios jugándonos la vida con una bolsa de basura y dos agujeros.

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