El presidente de CEOMA ha explicado que, con el retraso de la edad de paternidad y maternidad, muchas personas a esa edad “tienen hijos pequeños y cargas hipotecarias, por lo que su situación es desoladora” y conlleva “problemas de salud mental que la sociedad no está atendiendo de forma adecuada”.
Al analizar la distribución de los contratos suscritos en 2023 por tramos de edad, ésta se mantiene similar a la de 2022. El 50% de los contratos se realizaron a trabajadores menores de 35 años (un 27,15 % a los de 25 a 34 años y 23,39 % a menores de 25 años). Según se incrementa la edad, el porcentaje va decreciendo: 21,95 % de 35 a 44 años, el 18,69 % de 45 a 54 años y por último un 8,82 % a mayores de 54 años
Ante esta situación, Fernández ha reclamado a empresarios y administraciones que “no sigan mirando hacia otro lado” y “tomen decisiones que ayuden a este colectivo”, que a menudo “se queda sin oportunidades laborales”, a pesar de que la veteranía “aporta una experiencia y unas cualidades que redundan en beneficio de las compañías y que contribuyen a su desarrollo económico”.
Para potenciar su inclusión en el mercado laboral, José Luis Fernández ha pedido “planes de formación específicos, una promoción de la formación a lo largo de la vida, fijar criterios de flexibilidad organizativa y potenciar la transmisión del conocimiento”. “Tenemos que conseguir que no exista una imagen negativa, tanto en la empresa privada como en las administraciones públicas, de los profesionales de más de 50 años, a quienes se les condena a un paro de larga duración. Y en el caso de la mujer la situación aún es más complicada”, ha añadido.
Retraso en la edad de jubilación
Asimismo, el presidente de CEOMA ha criticado que, por un lado, se retrase la edad de jubilación, que en la actualidad alcanza los 66 años y seis meses, cuando “la situación de paro entre los mayores de 50 es tan elevada”. En su opinión, “es algo muy contradictorio, ya que no se puede pedir a las personas que se jubilen más tarde si no se les ofrece empleo a partir de cierta edad”.
Para Fernández, al margen de la economía, fomentar la vida activa “es necesario socialmente y ayuda a reducir los costes socio-sanitarios y a prevenir la dependencia”, teniendo en cuenta que las personas mayores suponen ya el 20,42% de la población, porcentaje que se situará cerca del 30% dentro de 15 años.
Empresas amigables
Favorecer la ocupación entre los mayores de 50 años es una de las prioridades de CEOMA. Con el objetivo de acabar con la discriminación por edad en las empresas y potenciar los planes de talento sénior, la organización ha impulsado el proyecto ‘Empresas amigables’, que pretende también concienciar sobre la importancia de evitar caer en estereotipos y en edadismos, teniendo en cuenta la relación institucional o comercial con las personas mayores y la diversidad generacional entre empleados y personas mayores.
‘Empresas amigables’ incluye actuaciones y acciones formativas para que las empresas sean amigables con las personas mayores, partiendo de una serie de ítems creados por CEOMA, en colaboración con Albor Consultor y el Foro Técnico de Formación, para lograr el buen trato por parte de los trabajadores y de la dirección de las entidades que prestan sus servicios hacia este grupo poblacional.
Las empresas que quieran formar parte de la iniciativa tienen que superar una evaluación y reciben una acreditación que les reconocerá como empresas amigables con las personas mayores.
Esta acreditación supone un distintivo de calidad y responsabilidad social que puede mejorar la imagen, la reputación y la competitividad de la empresa. Además, las empresas acreditadas formarán parte de una red de entidades comprometidas con el envejecimiento activo y saludable, y podrán acceder a recursos, asesoramiento y buenas prácticas para seguir avanzando en este ámbito.
|