Repasamos con Cinta Pascual, una de las voces más importantes del sector de atención a las personas mayores o en situación de dependencia, las durísimas semanas que han enfrentado los profesionales que dedican su vida a cuidar de los demás. Y lo hacemos para analizar cómo evitar en el futuro los errores que han provocado trágicas consecuencias. Porque el coronavirus sigue entre nosotros.
CEAPs no ha dejado de luchar por el sector durante las peores semanas de la crisis sanitaria por el coronavirus, entre otras cosas, pidiendo medios, equipos de protección y test. ¿Ha llegado algo ya?
Hemos sido una patronal que ha hablado con todo el mundo y que ha pedido EPIs, PCR o derivaciones hospitalarias. En los momentos álgidos de la pandemia no llegó nada, lo hizo con tres semanas de retraso.
Al sector se le está criminalizando por una crisis sanitaria, no social. Y nosotros, con medios sociales, poca cosa podíamos hacer. No hemos sido atendidos como nos merecíamos, no hemos tenido los medios para luchar contra la crisis.
Ahora empieza a llegar todo porque el servicio sanitario no está colapsado como estaba.
Si hubieran llegado estas ayudas en su momento, ¿se hubiera reducido el número de fallecidos?
Una vez entrado el virus, podía pasar lo que ha pasado, pero habría que haber derivado a la gente a hospitales, porque algunos se hubieran podido salvar. Algo más se podría haber hecho con derivaciones hospitalarias.
El derecho a la salud es universal y nadie tiene derecho a prohibir a los mayores ser atendidos en hospitales para que tengan las mismas posibilidades que tendría otra persona en la misma situación. Esto es lo que ha fallado en nuestro sistema: en una situación de colapso se ha decidido que los mayores tenían que esperar a ser atendidos. Genera impotencia.
¿Puede ser un delito lo que ha sucedido?
Está clarísimo que todos tenemos derecho al auxilio, que además recoge el BOE sobre las residencias, que dice que tenemos derecho a ser atendidas. Y esto ha fallado. Y hay un artículo en el código penal que también lo recoge.
Las residencias han sido apuntadas con el dedo e incluso acusadas, directamente.
Hay más de 300 denuncias en Fiscalía.
¿Va a promover el sector algún tipo de denuncia o investigación?
Lo estamos estudiando e incluso hablando con el Gobierno. Nosotros no buscamos culpables, el verdadero culpable de las muertes ha sido el virus, pero no queremos que nadie apunte a las residencias.
Hay presidentes autonómicos y consejerías que han dicho claramente que las residencias no han tenido el servicio que deberían haber tenido. No ya las residencias, sino los mayores. Y eso es lo que queremos: pedimos que se pongan de nuestro lado para ver qué ha fallado; que no miren hacia otro lado cuando hay familias que lo han pasado tan mal. Hay que buscar soluciones porque el virus aún no se ha ido.
La epidemia nos cogió desprevenidos como sociedad. Parecía que los primeros casos estaban localizados y los brotes controlados. Seguíamos haciendo nuestra vida.
ACRA ya dijo el 12 de febrero a las Autoridades Sanitarias que había un virus que nos preocupaba porque podía afectar más a la gente mayor. Pedíamos protocolos a seguir. En marzo mandamos cartas al Ministerio. Nadie nos puede acusar de no haber sido previsores. No hemos parado de enviar correos a varios ministros y a Comunidades Autónomas pidiendo que esto se solucionara.
¿Se notificó de este peligro a las residencias?
Sí, a todos nuestros asociados.
En ‘NGD’ ya hablamos a finales de febrero de la posibilidad de que el coronavirus afectase a residencias de mayores. Estos centros ya tenían en marcha protocolos contra el contagio.
Nosotros teníamos un protocolo que hablaba de actuar con aislamiento en caso de sintomatología, por ejemplo; o añadimos el tema de saturación. Ahora hay varias cosas más a tener en cuenta, varios síntomas nuevos que en aquel momento no podíamos controlar. Y tampoco sabíamos que había tantos asintomáticos. En algunos centros, al hacer test, se ha visto que uno de cada tres era asintomático. Nadie sabía qué hacer con esto.
Entiendo que la gente necesite respuestas, pero ¿por qué cuando alguien muere en un hospital nadie dice nada y sí lo hace cuando se muere en una residencia? ¿Alguien puede pensar que nosotros no queremos que el 061 atienda a una persona que está enferma? Evidentemente que eso es lo que quiere el sector, pero hay un momento de saturación del sistema en el que esto no pasa.
Ahora se empieza a mirar al futuro con la desescalada. ¿Cómo debería plantearse para los mayores?
Nosotros tenemos en marcha un documento de desescalada, donde decimos que queremos que las fases sean iguales que las de las regiones sanitarias. Pensamos que, después de dos meses de puertas cerradas, hay que empezar, en aquellos territorios con menor afectación, a dar pasos en espacios abiertos.
Se planea en comedores grandes con reuniones de un familiar durante 30 minutos, una vez por semana, así como medidas de protección como mascarilla y guantes, y sin contacto físico, etc.
El COVID-19 es horrible, pero la gente echa de menos a sus familiares. Hablamos de personas con una corta esperanza de vida, en algunos casos, lo que quiere ir dando pasitos. Podemos dar un poco de alegría estos mayores que lo han pasado tan mal.
¿Han sugerido alguna medida para evitar rebrotes en residencias?
Pedimos que no fallen nunca los test y los EPIS, que haya un aumento de ratio, y por tanto de tarifas, porque necesitamos más manos. Esto es urgente.
Con nuestros profesionales bien cubiertos y formados, junto a la atención primaria, con médicos y enfermeras entrando al centro, se pueden dar pasitos.
¿A que a nadie se le ocurre que un bar con 50 plazas las tenga cubiertas? Pues nosotros pedimos lo mismo: si en un comedor de una residencia podían comer 60, ahora tienen que hacerlo 30. Por eso necesitamos más manos, más turnos, desinfectar tras cada turno…
Si una residencia tiene 100 plazas, ¿debería tener las 100 ocupadas?
Hemos propuesto que las residencias más grandes, con posibilidad de sectorizar, deben dejar plazas no ocupadas para poder solucionar problemas en otras residencias. Las pequeñas no, porque no planteamos tener ningún caso en ellas.