España goza de una de las mayores tasas de esperanza de vida del mundo, un reto en el que instituciones como la Fundación Edad&Vida trabajan para explicar sus consecuencias a los propios beneficiarios, a la ciudadanía, a las empresas y a las Administraciones, de manera que entre todos se pueda abordar con éxito. Así es como canalizan sus esfuerzos en una Fundación multidisciplinar que tiene mucho que aportar.
¿Qué es la Fundación Edad&Vida y a qué se dedica?
La Fundación nació hace más de 15 años ante el reto que suponía el incremento de la esperanza de vida en una población como la española. En aquel momento nadie intuía lo que iba a pasar, salvo algunos empresarios visionarios que vieron en la longevidad uno de los retos que debería atender la sociedad y en los que la iniciativa privada iba a tener que estar presente.
Los primeros años se centró en el sector de la dependencia, participando de manera activa en su desarrollo y confección. Después, ha ido trabajando en la salud de los mayores, y, desde hace un par de años, centrándose en temas de prevención y divulgación.
Ahora nos centramos en explicar a la gente y a las Administraciones la necesidad de planificar un periodo de la vida que es prácticamente nuevo, porque antes vivíamos mucho menos, después de la jubilación había unos 5 años. Ahora vivimos 83 años, desde que dejas de trabajar tienes que pensar cómo vives casi 20 años, algo que como sociedad nunca nos había pasado.
¿La Fundación trabaja para los mayores o para concienciar a la sociedad sobre las necesidades de estas personas?
Tenemos dos líneas de trabajo: una dirigida al público profesional, que tiene como elemento clave el Congreso que organizamos, y otra, más nueva, para concienciar a las personas mayores sobre la necesidad de planificar su futuro. No nos podemos centrar solo en los que hoy son mayores, sino también en las que algún día llegarán a serlo, ya que, si no empezamos a planificar ahora, no llegaremos en buenas condiciones.
Por eso tenemos cinco causas: concienciar a las personas sobre la planificación de sus ahorros -en breve sacaremos un estudio sobre ahorro en los millennials, por ejemplo, para convencer a los jóvenes y que piensen en el futuro-; prevención en salud, con hábitos de vida saludable, ejercicio físico, alimentación, etc.; salud, la más relacionada con los temas más antiguos de la Fundación, centrada en gestión de la cronicidad o adherencia farmacéutica; y la parte final de vida, sobre cuidados paliativos y testamento vital, hablando claro de que es un tema que debemos planificar.
¿Cómo se puede acceder a esta información? ¿Cuesta dinero?
No, la Fundación se financia con las aportaciones de los patronos, que son en su mayor parte empresas que de manera desinteresada dan soporte a la Fundación impulsando las temáticas que son de su interés. Cualquier persona puede acceder a todos los contenidos de la Fundación de manera gratuita simplemente introduciendo sus datos en la web y activando su perfil. A partir de entonces, forma parte de nuestra base de datos y cualquier contenido que publiquemos se lo hacemos llegar de manera gratuita.
Hace unos meses hablamos con Raúl Vaca, quien nos habló del Fondo Documental de la Fundación Edad&Vida.
Sí, uno de los trabajos de la Fundación es ir recopilando de manera sistemática toda la información significativa y de interés que se va publicando para la gente del sector. Lo hemos reunido en un repositorio de documentos que es accesible para cualquier persona que se loguee en nuestra web. Al acceder se ofrecen contenidos de carácter profesional o divulgativo.
El Fondo Documental estaría disponible para los logueados desde un punto de vista profesional, principalmente porque son contenidos de carácter muy técnico y no están pensados para el gran público. No obstante, también podría acceder a ellos cualquier persona siempre que así lo decida al registrar su perfil.
En octubre se celebrará en Barcelona una nueva edición del Congreso de la Fundación Edad&Vida. ¿Cómo va a ser este año?
El Congreso, después de siete ediciones, está totalmente consolidado. Empezó en 2009 en Valencia, donde se hablaba de grandes proyectos, pero había muy pocas iniciativas que se hubieran llevado a la práctica. Por eso, el reto de este año es que nadie pueda venir a contarnos nada que no haya probado antes. Queremos experiencias reales que la gente pueda poner en práctica en su área de influencia. De hecho, el título de este Congreso es ‘Integración: de modelos a resultados’.
El Congreso está más enfocado a un público profesional.
Sí. De hecho, cuenta con ponentes de primer nivel, nacionales e internacionales. Tenemos la gran suerte de que la conferencia inaugural la va a ofrecer el doctor Rafael Bengoa, que hablará de integración de cuidados y del reto de la longevidad, cuya respuesta tiene que venir de la mano de la colaboración público-privada. A partir de aquí, trabajamos cinco módulos, cada uno de los cuales pretende dar respuesta de manera diferente a este reto.
¿Estamos prestando la suficiente atención en España a la colaboración público-privada?
La misión de la propia Fundación es trabajar esta colaboración, siendo conscientes de que la parte pública no puede desaparecer, pero también que en un mundo globalizado hay que hacerlo de la manera más eficiente posible.
Por eso apostamos por modelos de integración en los que tanto empresas como Administraciones trabajen de la mano, venciendo las reticencias que hemos tenido en los últimos años por el mal uso del dinero público.
Es un modelo por el que apostamos desde hace 20 años y que creemos que es una de las mejores maneras para poder atender a una población cada vez más envejecida.
España necesitará medio millón de camas adicionales en el sector residencial en las próximas décadas para poder atender a toda la población según los criterios recomendados. ¿Está el país planificando correctamente este reto o vivimos al día?
No vamos a descubrir nada si decimos que España es un ejemplo fantástico de la falta de planificación estratégica en general, en todos los sectores. Pero también es cierto que esta falta de planificación la podemos convertir en una oportunidad si somos capaces de unir esfuerzos y trabajar de manera rápida, donde la empresa privada pondría la agilidad que la Administración Pública no puede.
También es cierto que estamos hablando de camas residenciales, que serán necesarias, pero cuando hablas con las personas mayores, muchas de ellas integradas en nuestro Patronato (tenemos a CEOMA y UDP), que te dicen que no quieren irse a una residencia, sino seguir viviendo en sus casas.
Quizás estamos pensando en el modelo tradicional, cuando deberíamos pensar en modelos que permitan a la gente alargar el periodo de vida en sus propias casas con una buena atención domiciliaria, con buenos servicios sociales combinados con servicios médicos. Igual esta falta de planificación se convierte en la posibilidad de inventar algo novedoso.
Uno de los temas del Congreso serán los nuevos modelos de atención domiciliaria; vendrá gente de Canadá y de los países nórdicos para explicarnos cómo se está trabajando allí este tema. La gente termina reconociendo que las residencias se están convirtiendo prácticamente en hospitales de larga estancia.
Se habla mucho ahora de eutanasia, relacionado con ese final de la vida del que la Fundación también se ocupa. ¿Qué planteamiento tiene Edad&Vida al respecto?
Nosotros desde hace tiempo organizamos trabajos sobre el final de la vida, entendido como una ‘muerte digna’, entre comillas, donde puedas decidir dentro de la legalidad cómo quieres morir. Defender la autonomía de las personas hasta las últimas consecuencias.
El año pasado iniciamos una campaña para poner en valor el testamento vital, del que ahora hablan todos los políticos. Te permite tomar, cuando aún estás en condiciones, una serie de decisiones que se tienen que respetar por encima de las de tus familiares. Todo dentro de la autonomía personal, de los cuidados paliativos y de suavizar al máximo el sufrimiento en los últimos días, que no tiene nada que ver con la eutanasia.
El tema del ahorro también es polémico por su relación con las pensiones. ¿Cómo ven desde la Fundación este asunto?
Nosotros somos partidarios de la colaboración público-privada. Entendemos que siempre van a existir las pensiones públicas, y que es necesario que lo hagan. Pero no sabemos cómo serán en el futuro y nadie puede responderlo, hay demasiadas incógnitas y repercusiones. Tiene que hablarse en un amplio consenso que parece que en estos momentos está lejos.
Dicho esto, dentro de la Fundación se intenta explicar lo que implica hacer un plan de pensiones, se trabaja para mejorar su fiscalidad, se buscan alternativas para desamortizar el ahorro -porque también puede estar materializado en forma de propiedades o fondos de inversión-. Intentamos explicar a las personas que con un buen plan de desinversión se puede mejorar la capacidad económica. Y queremos explicar lo importante que es planificar todo eso con tiempo, porque en función de cómo se haya hecho se influirá a la hora de testar.
Son decisiones de las que hasta ahora no había necesidad de hablar porque, al haber menor esperanza de vida, casi todo se testaba, ya que no había que utilizar esos ahorros. Ahora es diferente, sobre todo porque las familias son cada vez más pequeñas. Es necesario empezar a hablarlo, sus consecuencias, pros y contras, sin polémicas y sin decir qué es mejor o no, porque eso dependerá de cada persona.