Casi el 14 % de los mayores de 65 años se sienten solos en España, un problema que se agudiza con la edad y que merma su calidad de vida. Un informe de la Obra Social La Caixa arroja pistas sobre un triste fenómeno que como sociedad no hemos logrado solucionar todavía.
Gran parte del tercer sector busca estrategias para solucionar el problema de la soledad en los mayores, pero hasta ahora nadie ha dado con la clave para paliar un fenómeno que crece en paralelo al aumento de la longevidad.
Según datos del CIS e Imserso correspondientes a un estudio de 2009, casi el 14 % de los mayores de 65 años se sienten solos en España. No necesariamente es una situación negativa o desagradable para ellos, pero puede convertirse en un impedimento para llevar una vida plena, principalmente porque la sensación de soledad aumenta en los individuos conforme cumplen años. Así, mientras que entre los 65 y los 79 alrededor de un 10 % de los encuestados se sienten solos, a partir de esta edad el porcentaje asciende hasta casi el 15 %.
La distribución de mayores que se sienten solos es desigual en cuanto a sexo y forma de vida. De hecho, mientras que alrededor del 15 % de las mujeres se sienten solas, en hombres el porcentaje está ligeramente por debajo del 10 %. Además, casi el 40 % de las personas que se sienten solas viven solas, mientras que menos del 10 % de quienes viven acompañados se sienten solos, según los mismos datos.
Estudio de la Obra Social La Caixa sobre la soledad de los mayores
Ahora, un estudio de la Obra Social La Caixa trata de profundizar más en este preocupante problema que todavía nadie ha conseguido atajar, a pesar de que la inmensa mayoría de los encuestados para realizarlo lo consideran “un problema especialmente importante”.
El estudio arroja luz sobre algunas de las causas de la soledad en las personas mayores. Una de ellas está relacionada con la red social, entendida como las relaciones interpersonales que mantienen las personas con otros individuos, sean amigos o familiares. La red social se mide según la escala de Lubben, que permite saber que las redes en las que pesa más la familia son más sólidas que aquellas en las que tienen mayor peso los amigos. Una de las razones podría ser la durabilidad de estas redes: la de amigos tiende a decrecer a partir de los 65 años, fenómeno que se acentúa a partir de los 80.
Factores que inciden en la soledad de los mayores
El nivel socioeducativo también incide en la soledad de los mayores. Así, quienes tienen menor nivel de estudios también tienen mayor riesgo de experimentar soledad. Incluso entre familiares se acentúa la soledad si las personas tienen menor nivel educativo.
La soledad, sin embargo, puede ser real o percibida. Los expertos hablan de soledad social (aquella que hace referencia a un sentimiento de pertenencia al grupo) y de soledad emocional (basada en sentimientos de desolación y falta de relaciones significativas). En líneas generales, prevalece la soledad emocional por encima de la soledad social, si bien cada franja etaria presenta diferencias en cuanto a porcentaje, que se acentúa conforme se ganan años (hasta un 13 % más entre los 39 y los 65 años y casi un 6 % adicional entre los 65 y los 80 años).
El estudio de La Caixa propone “sensibilizarnos ante el valor de las
relaciones sociales”, que califica de
“sinónimo de salud y calidad de vida”. Asimismo, invita a “estar alerta ante un nivel elevado de soledad y una red social que, a causa de factores demográficos, sufrirá en los próximos años”.