El papel que ocupan los centros de día en la atención a la dependencia es de gran importancia. Son espacios que permiten el mantenimiento de los niveles de funcionalidad del mayor y frenan el deterioro del envejecimiento. Desgraciadamente, los tiempos que vivimos están dejando muchos centros de día casi vacíos. El miedo al contagio parece pesar más que los beneficios que aporta.
Los centros de día son espacios seguros, y cuentan con protocolos muy exigentes para evitar el contagio. Los centros educativos, las peluquerías, las tiendas, los locales de restauración… mantienen su actividad siendo espacios a los que no hemos dejado de acudir porque los consideramos servicios necesarios para el desarrollo de nuestra vida. Nuestra reflexión es ¿Por qué hemos considerado que no es necesario que el mayor acuda a un centro de día?
El Centro de Dia tiene como objetivo mantener la actividad física, lúdica y cognitiva de los mayores, y los beneficios emocionales y físicos que esta actividad conlleva. Son lugares que promocionan la autonomía personal del mayor.
Los tiempos covid nos han llevado a disminuir a todos nuestros niveles de actividad, pero los adultos, los jóvenes, incluso los niños, hemos encontrado alternativas para minimizar el impacto que tiene en nuestras vidas esta diminución de la actividad y el intercambio social. Sin embargo, los mayores que no acuden a su centro de día no tienen amigos con los que interactuar mediante su Instagram, ni mantienen su actividad profesional gracias las reuniones Zoom, no practican deporte en red… es una realidad el que no disponen de las mismas herramientas de socialización y estimulación de las que disponemos el resto de la población. El Centro de Dia suele ser su única ventana al mundo.
La Covid19 es una tragedia que ha segado muchas vidas entre nuestros mayores, y el miedo al covid está destruyendo oportunidades para vivir con plenitud la vida que queda por vivir. Es difícil encontrar el equilibrio entre proteger nuestra salud y cubrir nuestras necesidades sociales y afectivas.
En el centro de dia, nuestros mayores realizan trabajos que permiten mejorar y mantener la movilidad. Crean experiencias de ocio y generan una mejora subjetiva de calidad de vida. Ralentizando la pérdida de las funciones congnitivas. Manteniendo sus mentes más ágiles y receptivas.
La experiencia de centro de día es única para cada individuo, pues el trabajo está personalizado en el plan integral individualizado (PAI). El programa de trabajo confeccionado en exclusiva para cada usuario es su hoja de ruta, y por tanto sus objetivos, la línea a alcanzar, el reto diario. ¿Quién puede vivir sin retos, sin interés por hacerlo un poco mejor? El papel motivador de la actividad diaria en el centro de día genera ilusión. Un mayor necesita alicientes en su día a día que le mantengan alerta y con ganas de vivir.
Los centros de día cumplen una función de cuidado que ayuda a las familias a conciliar su vida profesional y personal; actualmente muchos pasamos más tiempo en casa y no consideramos la necesidad de estos servicios. Sin embargo, de igual manera que en el caso de los niños, los mayores necesitan su lugar, su rutina y su apoyo profesional para una buena calidad de vida.
Conscientes del miedo y el deseo de protección, desde AMADE queremos mostrar que los Centros de Dia son lugares seguros que aportan valor al mayor y que siguen un protocolo vigiliado por las Administraciones Públicas para evitar los contagios. Se realizan test a los profesionales de manera periódica, todo el equipo ha sido formado en protocolos de protección, se dispone de EPIS, los usuarios nuevos o que vuelven de vacaciones deben aportar PCR, en muchos de los Centro de Dia existe la posibilidad de realizar test y pruebas de antígenos (aunque tengan coste para los usuarios), las familias están obligadas a comunicar cualquier positivo y se actúa de manera inmediata llevando a cuarentenas a los posibles contactos; se guardan las distancias incluso en los tiempos de comida y transporte.
Un Centro de Día en tiempos de covid no es un lugar al que no acudir, sino un espacio que mejora el bienestar de nuestros mayores.
Inmaculada Cerejido
Directora General de AMADE