Últimamente la prensa recoge bastantes noticias que muestran denuncias al incorrecto funcionamiento de las empresas que ofrecen servicios de atención al mayor.
Estas noticas trasladan una imagen de “falta de gobierno en el sector”, de la existencia de “un colectivo de indignados” o de que el sector se ha convertido en el arma arrojadiza. Esta situación está generando desafección como reacción al caos que se intuye.
Se produce, como en la Alemania nazi, el fenómeno del “amigo judío”. Todo nazi tenía un amigo judío que merecía ser salvado del exterminio. Así, en este caso, todos conocemos una residencia o un centro de día o un equipo de ayuda a domicilio que funciona bien, en el que nuestra madre/padre está muy bien cuidado.
Como Asociación de empresarios, AMADE no puede permanecer callada. Nuestro sector atiende a mayores dependientes, en algunos casos de manera privada y en otros ofreciendo a las Administraciones los servicios que ellos costean. En ambos casos es la propia Administración quien determina las líneas de actuación y, por tanto, normativiza su funcionamiento. Los empresarios de este sector son, quizás, el colectivo más controlado por la Administración.
Educación y atención al mayor son dos colectivos altamente intervenidos y, sin embargo, algunos han conseguido que en el imaginario social exista la certeza de que trabajan “abusando” de las administraciones públicas.
Las mejoras sociosanitarias que requiere atender al mayor no partirán nunca de las propuestas teñidas de ideología política. Pues no estamos frente a modelos ideológicos sino técnicos. Los mayores necesitan cuidados de calidad.
En nuestra sociedad, estos cuidados son un derecho, como lo es la educación. El sistema político del país ha quebrado las cuentas, y los recursos que se asignan para la atención son insuficientes. Una plaza concertada cuesta menos a las arcas públicas que una plaza pública. Ya en los servicios de sanidad muchos ciudadanos han optado por complementar los servicios sanitarios públicos con pólizas de servicios privados, porque desean ser atendidos cuando lo necesitan y no cuando les toca en la lista, o porque prefieren que sea el especialista quien atienda su consulta, no el médico de familia el que filtre férreamente cualquier consulta a un especialista. ¿Será este el camino al que nos dirigimos en atención al mayor? Lamentablemente, en nuestro caso no se resuelve con pólizas de 50 euros mensuales.
Los empresarios ofrecemos soluciones. El ataque al sector no sólo es injusto, sino que genera alarma social, dificulta la toma de decisiones de los ciudadanos, rompe los cauces del ordenamiento de los servicios e impide la mejora de los servicios que las Administraciones han de dar a sus ciudadanos.
El modelo de atención a los mayores está fuertemente regulado. Si se considera que la regulación no es correcta, debe plantear un nuevo modelo de regulación al político que tiene capacidad de imponerlo, evaluar su coste y viabilidad en los presupuestos. En ningún caso tratar de destruir las empresas que trabajan honradamente cumpliendo las regulaciones existentes.
Como empresarios, nos ponemos al servicio de la sociedad para ofrecer soluciones.
AMADE