El tratamiento de la enfermedad de Alzheimer se encuentra en un periodo de notable relevancia y esperanza. Tras casi dos décadas sin avances significativos en los tratamientos farmacológicos específicos, han emergido nuevas terapias que prometen modificar el curso de esta enfermedad. Entre estas innovaciones se destacan los tratamientos que abordan alteraciones patológicas cerebrales, como la acumulación de amiloide. Un ejemplo sobresaliente es el lecanemab, seguido por donanemab; ambos representan un avance crucial, aunque aún no están disponibles en el contexto actual.
A medida que se espera la introducción de estos nuevos fármacos, es esencial recordar que los medicamentos actualmente comercializados para el Alzheimer son los inhibidores de la colinesterasa: donepezilo, rivastigmina y galantamina. Estos pueden ser utilizados solos o en combinación con memantina, un antagonista no competitivo del receptor NMDA, del cual se puede leer más en otro artículo relacionado.
Análisis de los inhibidores de la colinesterasa
En este artículo, profundizaremos en los inhibidores de la colinesterasa, que siguen siendo fundamentales en el manejo sintomático del Alzheimer.
Las neuronas se comunican a través de espacios microscópicos conocidos como sinapsis, donde se produce el intercambio de neurotransmisores. Estos mensajeros químicos son responsables de transmitir información entre las neuronas.
La comprensión del funcionamiento neuroquímico es clave para entender cómo actúan los inhibidores de la acetilcolinesterasa y su papel en el tratamiento del Alzheimer.