Aunque las restricciones estén llegando a su fin, el COVID-19 todavía no ha terminado. La gente se sigue contagiando y, algunos, sufrirán la enfermedad de forma grave. Los síntomas poscovid más problemáticos afectan, sobre todo, a las personas más mayores.
El COVID-19 ha supuesto un antes y un después en las vidas de todos los ciudadanos. Pero, como suele ocurrir, el colectivo senior ha sido el más castigado. A día de hoy sigue habiendo pacientes que sufren algunos de los síntomas poscovid más problemáticos.
Las medidas restrictivas les condenaron, en muchas ocasiones, a un aislamiento muy perjudicial para la salud mental. Sin embargo, el contagio por COVID-19 suponía, en la mayoría de ocasiones, sufrir una enfermedad grave o la muerte.
El COVID aún no ha terminado
Dos años después de desatarse la pandemia, las medidas restrictivas están llegando a su fin. No así los contagios, que se siguen produciendo a niveles escandalosos. Casi un 20 % de la población sufrirá lo que se ha denominado covid persistente, consistente en sufrir síntomas de la enfermedad muchos meses después de haber eliminado el virus del organismo.
Entre los síntomas poscovid más problemáticos se encuentran la fatiga, niebla mental (dificultad para concentrarse o para pensar), cefalea, mareos, disnea, dolores musculares o tos, como se ha puesto de manifiesto en una jornada organizada por Orpea, el Hospital Clínico San Carlos y el hospital HM Montepríncipe.
Sin embargo, en algunos casos, el COVID-19 puede causar un daño a múltiples órganos, por lo que son frecuentes deterioros en el corazón, pulmones, riñones y sistema nervioso.
Cómo aliviar los síntomas poscovid más problemáticos
La respuesta inmune de los ancianos es diferente a la que experimentan los adultos jóvenes. La detección precoz de los síntomas sigue siendo la mejor forma de evitar futuras complicaciones, explicaron los expertos reunidos en la jornada.
Los equipos profesionales han de estar siempre alerta en estos casos, pues el tratamiento farmacológico correcto combinado con un tratamiento rehabilitador puede mejorar considerablemente la calidad de vida de estos pacientes.
Es fundamental concienciar de que no todos los pacientes van a sufrir la enfermedad de la misma forma, así como estudiar con detenimiento tanto la historia clínica del enfermo como la severidad de la infección.
Por todo ello, los expertos abogan por no bajar la guardia y mantener todavía las medidas preventivas que se llevan aplicando durante todo este tiempo, en particular el uso de mascarilla en espacios mal ventilados, mejorar la ventilación de las estancias y lugares públicos, y una vigilancia activa a pequeños síntomas que pueden confundirse con un catarro, pero que en realidad pueden ser COVID o gripe, virus muy contagiosos que pueden poner en peligro a otras personas.
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