La Fundación Doña María organiza talleres de actividades para personas mayores en los que ya han participado más de 500 adultos en lo que llevamos de año.
Los talleres para personas mayores de la Fundación Doña María siguen cosechando éxitos. En lo que va de año, más de 500 personas han participado en estas actividades, que cuentan con el apoyo económico del Ayuntamiento de Sevilla y cuyo objetivo es fomentar el envejecimiento activo y saludable.
Más de 40 talleres conforman esta propuesta que incluye actividades de movimiento, estimulación cognitiva, expresión corporal, gestión de emociones, teatro o uso de las nuevas tecnologías.
Talleres para personas mayores que empoderan
Con estas actividades, la Fundación Doña María busca empoderar a las personas mayores en un entorno lúdico y social en el que se generan vínculos y se combaten, además de posibles patologías o discapacidades, la soledad no deseada o la depresión derivada de encontrarse solo.
Además, y gracias a estas actividades, la ciudad de Sevilla se posiciona como un lugar amigable con y para las personas mayores, así como una ciudad que apoya el papel social de las mujeres, dado que nueve de cada diez participantes en estos talleres son mujeres de entre 70 y 80 años.
Desde la Fundación Doña María, sin embargo, hacen hincapié en la participación, cada vez más numerosa, de personas mayores de 80 años, lo que demuestra la vitalidad de nuestros mayores y su firme convicción de que la edad no es un impedimento para pasarlo bien, aprender y tejer nuevas relaciones sociales.
Sevilla Solidaria
La convocatoria de estos Talleres de la Fundación Doña María forma parte del programa ‘Sevilla Solidaria’, impulsado por el Área de Hábitat Urbano y Cohesión Social del Ayuntamiento de Sevilla, y que busca coordinar el trabajo conjunto entre el consistorio y entidades sin ánimo de lucro para llegar a más personas.
La Fundación Doña María lleva 15 años participando en este programa, que también sirve para combatir la soledad no deseada en las personas mayores y un fenómeno menos conocido, pero igualmente preocupante: la llamada gerontolescencia, que se refiere a la transición entre la adultez y la vejez, entre los 65 y los 80 años, para concienciar a la sociedad de la importancia de no excluir a los mayores, ya que pueden seguir aportando mucho valor.