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Pensiones. La cuadratura del círculo

Pensiones. La cuadratura del círculo
Pensiones. La cuadratura del círculo
Por Jorge Molina Sanz
viernes 09 de diciembre de 2022, 12:00h

Cada día, tenemos novedades respecto a las pensiones y la cuadratura del círculo. Unas electoralistas y otras la patada al balón, pero nos quedan algunas lagunas y dudas.

A nuestro viejo marino hoy se le notaba especialmente inquieto y sin tregua comenta:

—El tema de las pensiones me tiene preocupado, porque me afecta personalmente y porque no acabo de entender lo que se nos está contando desde el gobierno.

El ministros Escrivá, el que cuando era presidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fisca (AIReF), no hace tanto tiempo, hablaba en su informe «Opinión sobre la sostenibilidad del sistema de Seguridad Social» de reformas que ahora se presentan de forma tibia, con propaganda y subterfugios y, aunque se empeñen en lo contrario, tenemos un problema y no sirve mirar para otro lado ni hacer caso a los buenistas salvadores que sostienen que se pueden seguir subiendo indiscriminadamente.

Tenemos un sistema al que le pueden reventar las costuras sino no se toman medidas que corrijan el problema. Como viejo marino, que cotizó más de cuarenta cinco años, considero que tengo derecho a sentirme seguro, aunque me preocupa más el futuro de las pensiones en personas tan jóvenes como tú, mi querida profesora.

Nuestra amiga comenta:

—La preocupación por el tema de las pensiones es periódico y recurrente. Volvamos la vista atrás y hagamos un poco de historia.

El pago por jubilación lo crea Bismarck en 1889, que crea el primer programa de seguro social, con una jubilación a los 70 años, que posteriormente se rebaja a los 65 años. Aunque en aquellos momentos la esperanza de vida se situaba sobre los 45 años.

En España se implanta en 1919, con una edad de 65 años y una pensión de una peseta diaria.

Aquel escenario era muy diferente al actual. Tenemos una incorporación más tardía al mundo laboral, unas expectativas de vida superiores y la pirámide poblacional actual nos lleva a una aritmética muy diferente.

Aunque consideramos que tenemos pensiones bajas, la OCDE ha criticado nuestra tasa de reemplazo que es superior a la media de los países desarrollados. Actualmente se estima en un 82% del último salario, mientras que en esos países está en torno al 63%. Tenemos un conflicto, que lejos de solucionarlo lo agravamos.

El marino comenta:

—En el fondo de este escenario subyace que, de forma callada y tramposa, se ha cambiado nuestro sistema de pensiones. Hemos mezclado nuestro régimen contributivo a uno asistencial.

Desde la perspectiva del estado del bienestar se entiende que se preste cobertura a determinadas capas de la población, pero mezclarlo con el fondo de pensiones contributivas. Esto es grave porque no contamos con una fórmula de capitalización, tal como sería en un sistema privado. Mientras que se aumentan las bases de cotización, se congelan las cuantías para los trabajadores de cotizaciones más altas.

Esta reforma silenciosa tiene consecuencias en determinadas capas de población que dejan de tener una pensión proporcional a sus contribuciones. Mientras la política fiscal, lejos de estimular el ahorro, para la jubilación futura, lo desmotiva fiscalmente.

El gasto según los presupuestos generales para 2023, representa un el 41,8% del total. Como anécdota, hemos duplicado esta partida en 15 años.

Esta progresión geométrica se puede convertir en un hándicap difícil de barajar y que nos revela la debilidad de un sistema en el que se han mezclado pensiones contributivas con las asistenciales que deberían estar en los Presupuestos Generales, junto a las que acabamos pagando a delincuentes o terroristas por sus periodos en prisión.

Además de que se perjudica a determinados sectores, por no capitalizar nuestras aportaciones, al pagar las pensiones actuales con las cotizaciones actuales, teniendo en cuenta que, en el futuro, los periodos de cotización serán menores, nos huele a una vergonzosa estafa piramidal sostenida desde el Estado.

Nuestra amiga aporta algún dato más:

—Hay que añadir algunas estimaciones de organismos mundiales que predicen que en los próximos 35 años se triplicará el número de personas en el mundo con más de 60 años. Estas magnitudes nos hacen pensar que estamos ante uno de los retos más importantes y que, probablemente, sea uno de los problemas más trascendentes que nos vamos a encontrar en los próximos años.

Por ello no se comprende la lasitud, poco rigor y displicencia que se le concede a este tema y los anuncios irresponsables del gobierno de Pedro Sánchez. La patada al balón, la cuadratura del círculo y seguir para delante, no son opciones.

En el índice que elabora la OCDE sobre la esperanza de vida, se estima que la población mayor de 65 años está en casi 30 personas de cada 100 actualmente. Se estima que para el año 2050 se podría estimar en unos 69 para nuestro país.

Cuando somos unos de los países con mayores expectativas de vida, esta ratio es preocupante y, posiblemente, hace insostenible el sistema, que estaría en quiebra al convertirnos en el segundo país más envejecido del mundo. Tendremos un geriátrico en el que el 69% estará jubilado.

Nuestro marino, siempre sarcástico, espeta:

—Tengo la respuesta al poco interés de los políticos por este tema —después de un silencio prosigue—este tema no les concierne, ellos gozan de una situación privilegiada, cobran el 100% con solo once años cotizando de político.

Aunque algunos cambiaron los dientes en la política y parece que no se van a jubilar nunca.

Entre risas, había que abandonar la sensación agridulce, se levantan de la mesa y se dirigen a disfrutar del sol otoñal y del mar.

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