Los centros que están en un contexto de uso normalizado de sujeciones físicas, tienen que aceptar el reto de erradicar el uso de sujeciones, en un entorno hostil y lleno de dificultades, más allá de las dificultades técnicas que tiene lograr escenarios libres de sujeciones consistentes, mediante una gran transformación, organizativa, ambiental y de conocimientos.
Finalmente, unos cuantos centros ya han logrado ese estándar, han logrado ser centros libres de sujeciones, muchos de ellos después de años de trabajo. Son, en suma, 100 centros libres, comprobados y recomprobados, pero distribuidos por la geografía española sin homogeneidad.
Ahora que ya están ahí, han dado mucho que pensar, y una idea que ha cuajado es que “si un centro puede, pueden todos”, y que es algo que se ha de exigir ya. Otra idea es que, si un centro ha logrado ese estándar y se considera realmente tan bueno, es obligado reconocer ese mérito por los poderes públicos.
Tenemos un ejemplo ya sobre lo que se puede hacer desde la administración en reconocimiento de esos méritos, es el caso de la Diputación Foral de Álava, que asigna 10 puntos a los centros acreditados por CEOMA (y otras puntuaciones para otro tipo de acreditación o para los que estén en proceso). Es una iniciativa interesante, de la cual cabe esperar que se convierta en un estímulo para que todos los centros que quieran concertar plazas con esa administración tomen cartas en el asunto “sujeciones”, si quieren mejorar su puntuación.
En la siguiente imagen se puede ver el documento que regulará los conciertos en la Diputación Foral de Álava.
Aún no significa que utilizar sujeciones y no hacer nada al respecto, será penalizado con no conceder plazas concertadas a los centros que actúan así. Tendrían que haber muchos centros libres de sujeciones en cada comunidad autónoma o ámbito de una administración regional para que los centros que no hacen nada se vieran penalizados y excluidos de los conciertos.
Finalmente, una administración se ve obligada a concertar un número de plazas acorde a dar respuesta a las necesidades sociales a cubrir en su ámbito, y en la mayoría de las regiones no hay un total de plazas en centros libres de sujeciones que pueda absorber toda la demanda de la administración.
Quizá, de momento, lo que sí pueda darse es que los centros libres vean concertadas todas las plazas que ofrezcan, como premio-reconocimiento a sus méritos, pero habrá que seguir viendo centros de menor esfuerzo que siguen logrando conciertos.
Existen más movimientos políticos que irían encaminados a algo parecido, en otros ámbitos regionales, pero la realidad que se ha impuesto, debido a que “desatar” ha sido algo voluntario, es que existe una enorme diferencia de cantidades de centros libres acreditados por CEOMA en cada comunidad autónoma.
Las comunidades que más centros libres de sujeciones tienen acreditados son la de Madrid y la de Cataluña, mientras que algunas comunidades como la de Murcia o Extremadura no tienen ninguno, y otras lo que tienen es una cantidad mínima de ellos, sirvan como ejemplo Andalucía, con 4 residencias acreditadas, o Castilla-La Mancha y Cantabria, con una.
Lo que nos viene a indicar que será necesario añadir, a ese reconocimiento de los méritos de los centros ya libres o en proceso, otros estímulos para que más centros se vean invitados a iniciar un camino de transformación necesaria, con un horizonte claro, erradicar el uso de sujeciones del ámbito de las residencias para personas mayores en general, y para personas con demencia en particular.
Antonio A. Burgueño
Director del Programa Desatar al Anciano y al Enfermo de Alzheimer. CEOMA
Médico – Especialista en Medicina Preventiva
Área especial de conocimiento: Prevención cuaternaria en demencias
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