La SEGG pide mantener la vida social en residencias de mayores siempre que sea seguro desde el punto de vista sanitario, sugiriendo a las Administraciones que no prohíban los contactos sociales y las salidas si no existen razones fundadas para ello.
La SEGG pide mantener la vida social en residencias de mayores “ante las restricciones de contacto social que están sufriendo las personas que viven en residencias de mayores en la lucha contra el coronavirus”, explican en un comunicado. Unas restricciones que, consideran, “suponen la disminución o anulación de visitas de familiares y amigos y de salidas al exterior de los residentes”.
Desde la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) aseguran que estas restricciones siempre tienen “importantes repercusiones negativas” en las personas mayores, en quienes el aislamiento “puede suponer la pérdida de anclajes afectivos y motivaciones, y por tanto pérdida de sentido de vida”. “La restricción del contacto social favorece la aparición de trastornos afectivos como el síndrome de ansiedad, la distimia o la depresión”, explican.
Además, la limitación de las salidas impacta en la movilidad de las personas mayores, agravando patologías previas y restando en general capacidad en su movilidad. En este sentido, la SEGG lista sarcopenia, fragilidad, síndrome de inmovilidad o incontinencia urinaria como patologías que pueden verse favorecidas o agravadas por un confinamiento en personas mayores.
A ellas se suma un deterioro de la salud cognitiva, “incrementando la incidencia de sintomatología conductual y de delirium”, explica la SEGG, que destaca que “la protección de la salud pública no solo es proteger del contagio a las personas mayores, sino también estimular la prevención de la enfermedad y la promoción de la salud a través de la realización de actividad física y contacto social frecuentes”.
SEGG pide mantener la vida social en residencias de mayores siempre que sea seguro
Si bien es cierto que desde la SEGG, como es lógico, se impulsa la prevención del coronavirus en residencias de mayores, también abogan por “la búsqueda permanente del difícil equilibrio entre proteger del contagio por coronavirus, los derechos de estas personas y la posibilidad de realizar una vida lo más normal posible”.
Por ello, en su comunicado piden mantener la vida social siempre que sea posible y, si la situación epidemiológica no permite el contacto físico, propone “mantener todas las vías posibles de comunicación, como teléfono o videoconferencia, y, sobre todo, incrementar el número de
actividades físicas, sociales y ocupacionales dentro de la misma residencia, reforzando los profesionales que sean necesarios para tal fin”.
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