El proyecto Gatekeeper está financiado en parte por la Unión Europea, y busca integrar en una misma plataforma las actuaciones habituales en atención a personas mayores.
El proyecto Gatekeeper, cuyo nombre oficial es ‘Smart Living Homes – Whole Interventions Demonstrator for People at Health and Social Risks’ (que, traducido, se puede entender como ‘Hogares Inteligentes – Demostrador de Intervenciones Integrales para Personas en Riesgo Social y de Salud), busca integrar en una plataforma intervenciones habituales con estos perfiles.
La iniciativa, con un presupuesto de 20 millones de euros, cuenta con el apoyo del programa Horizon2020, de la Comisión Europea. Su objetivo es “conectar a proveedores de atención médica, empresas, emprendedores, personas mayores y sus comunidades con la finalidad de crear un espacio abierto basado en la confianza para intercambiar y llevar a cabo ideas, tecnologías y procesos que permitan garantizar vidas más saludables e independientes a las personas de la tercera edad”, según explican sus impulsores, un consorcio de más de 400 empresas y entidades.
Entre ellas aglutinan a alrededor de 40.000 personas que participan como voluntarios o como miembros de asociaciones, empresas, centros de investigación y universidades, procedentes de casi una decena de países.
Entre los participantes están Medtronic Ibérica, Sense4Care, Tecnalia, la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), el Servicio Vasco de Salud, el grupo Ibermática o el Consorcio Centro de Investigación Biomédica en Red M.P., entre otros.
Financiación europea para el proyecto Gatekeeper
Con este proyecto, se demuestra la importancia de la colaboración público-privada para hallar soluciones a los retos del envejecimiento y la dependencia. Algo que puede lograrse con una adecuada financiación que permita desarrollar proyectos que aglutinen a profesionales y entidades de distintos sectores para que aporten su experiencia y conocimientos.
En el caso del proyecto Gatekeeper, las empresas participantes desarrollan partes del mismo. Por ejemplo, Ibermática define y ejecuta la propia plataforma, evaluando en tiempo real los distintos pilotos y el funcionamiento habitual de la misma.
Además, el proyecto evidencia el interés de las Autoridades comunitarias por desarrollar programas que, mediante el uso transversal de la tecnología, permitan mejorar la atención a la tercera edad y la dependencia en los Estados miembros. Algo que tiene potencial exportador para compartir con terceros países la experiencia acumulada en Europa, un continente que camina hacia el liderazgo en longevidad.