Aunque los riesgos laborales se asocien a actividades y profesiones con una gran carga física y manejo de maquinaria pesada, en residencias de mayores y centros de día también existen importantes peligros para los trabajadores. AMADE los ha recopilado.
¿Cuáles son los principales riesgos laborales en residencias de mayores y centros de día? Con esta pregunta en mente, la Asociación Madrileña de Atención a la Dependencia (AMADE) ha elaborado un informe que, bajo el título ‘Riesgos laborales representativos en centros de atención a las personas mayores’, recoge la exposición a distintas clasificaciones de riesgos a los que se enfrentan los trabajadores del sector asistencial.
El informe, elaborado gracias al apoyo económico del Instituto Regional de Higiene y Salud en el Trabajo, está impulsado por Consulting Business S-XXI, que ha analizado estos riesgos bajo el liderazgo de AMADE a través de 200 entrevistas a profesionales de 20 centros ubicados en la Comunidad de Madrid.
Los riesgos laborales del sector de Atención a la Dependencia
Los principales riesgos se han clasificado en tres categorías: biológicos, ergonómicos y psicosociales.
Riesgos biológicos: el estudio indica que la pandemia ha permitido gestionar mejor los riesgos biológicos en centros asistenciales, y asegura que la totalidad de los centros visitados para realizar el estudio cuentan con protocolos de actuación en caso de enfermedades infectocontagiosas. Los trabajadores, además, conocen los procedimientos y pueden tomar sus propias medidas de precaución, gracias al uso de equipos de protección individual, entre otros elementos.
Riesgos ergonómicos: el estudio ha detectado como principal riesgo “la movilización de personas dependientes, que provoca sobreesfuerzos físicos y posturas forzadas, e incluso caídas por movimientos imprevistos de la persona dependiente”, detalla. La consecuencia más habitual de estos percances es de tipo muscular, con lesiones que pueden derivar en bajas laborales. Sin embargo, el informe destaca que los centros han adoptado medidas preventivas, que van desde la rotación de tareas entre el personal hasta el uso de ayudas técnicas para facilitar la movilización con herramientas y maquinaria especial. También se ha detectado formación específica a los profesionales para el manejo de estas situaciones.
Riesgos psicosociales: en el informe se pone de manifiesto la sobrecarga emocional que conllevan estos trabajos asistenciales, y pide facilitar a los profesionales, herramientas que les ayuden a gestionar estas situaciones a través de protocolos de actuación capaces de responder a ello. En este sentido, destaca, además, que esta profesión tiene escaso reconocimiento social, mala imagen y salarios bajos, lo que contribuye a quemar a los empleados y provoca agotamiento emocional y desmotivación.
Cómo combatir los riesgos psicosociales en atención a la dependencia
Desde AMADE se han detectado, no obstante, protocolos y herramientas que han puesto en marcha los centros para atender a estas necesidades del ámbito mental y emocional.
Por ejemplo, hay protocolos de atención a residentes y familiares para manejar situaciones conflictivas, el personal está formado para afrontar las exigencias del día a día y se efectúan rotaciones de personal para que los empleados no se vinculen emocionalmente en exceso. Además, se realizan pausas periódicas durante la jornada y se han creado nuevos canales de comunicación interna para que los trabajadores formen parte de un grupo cohesionado.
Si (
No(