Un exoesqueleto adaptado para el uso doméstico forma parte de una investigación que busca desarrollarlo para pacientes con daño cerebral adquirido.
Los exoesqueletos no son nuevos en el mundo de la robótica, y de hecho muchas fábricas ya utilizan sistemas de este tipo para ayudar a sus trabajadores a cargar peso sin lesionarse o a ejercer mayor fuerza al mover sus extremidades.
Con esa idea en mente, la Asociación de Daño Cerebral Adquirido de Navarra (Adacen) está probando un exoesqueleto de apenas dos kilos de peso para permitir a los pacientes afectados por daño cerebral adquirido (DCA) mover mejor sus extremidades superiores.
Cómo funciona el exoesqueleto para afectados por un ictus
El proyecto, financiado con 130.000 euros aportados por Innova Social, Fundación ‘la Caixa’ y Caja Navarra, está probando este aparato con una decena de pacientes con dificultades de movilidad derivada de un DCA.
Este exoesqueleto, fabricado por Iruña Tecnologías de Automatización, es similar al que se utiliza en factorías, si bien es más ligero y manejable. También es más barato: mientras que los exoesqueletos utilizados en fábricas pueden costar hasta 100.000 euros, la versión doméstica que prueba Adacen costará entre 4.000 y 5.000 euros, convirtiéndose en algo alcanzable para muchas familias con personas que hayan sufrido un ictus.
El uso de este aparato es sencillo: se coloca en el cuerpo del usuario y la máquina genera estímulos cerebrales que contribuyen a una mejora en la movilidad de los brazos. Los desarrolladores aseguran que el aparato permite al paciente sentir la extremidad, de forma que las señales cerebrales se pueden enviar con mayor facilidad y eficacia.
Un proyecto en marcha
Por el momento, de los diez pacientes en los que se está probando, seis han podido volver a agarrar objetos. En los estudios se están utilizando visores de realidad virtual para contribuir a una mejora en la posición del paciente a la hora de realizar los ejercicios propuestos.
La investigación está aplicando este exoesqueleto como parte de un tratamiento de recuperación y rehabilitación, si bien se espera lograr conclusiones que permitan adaptar la máquina a un uso doméstico habitual. Además, se busca que pueda ayudar a pacientes con distintas necesidades, tanto a aquellos con parálisis como a quienes, sin tenerla exactamente en los brazos, por su discapacidad en otras partes del cuerpo tengan dificultad para mover las extremidades superiores con soltura.
La tecnología tiene un amplio potencial en la mejora de la calidad de vida de muchas personas, y este tipo de proyectos son un ejemplo de todo lo que se puede conseguir al apostar por ella de manera decidida.