La Fundación Freno al Ictus promueve los Espacios Cerebroprotegidos, lugares públicos y empresas en los que se ha formado a personas para detectar y hacer una primera intervención en caso de ictus. Así funciona este programa.
El ictus es la primera causa de muerte en mujeres y la segunda en hombres en España. Y también es una de las principales causas de discapacidad, por las secuelas que pueden dejar los accidentes cerebrovasculares. Se sabe que, ante un ictus, el tiempo juega un papel determinante en la recuperación del paciente, lo que exige una intervención inmediata para resolver el coágulo o frenar la hemorragia antes de que muera tejido cerebral y convierta en irreversible el daño.
Para contribuir a que esta actuación temprana esté disponible en todas partes, el Sistema Nacional de Salud cuenta con el llamado Código Ictus, que permite actuar de manera más eficaz en caso de notificarse un caso, poniendo en marcha una maquinaria perfectamente engrasada para que el paciente tenga prioridad en la atención y un abordaje multidisciplinar. Pero no siempre es fácil detectar un ictus cuando está sucediendo. Y es ahí donde entra en juego la Fundación Freno al Ictus.
Qué es un Espacio Cerebroprotegido de la Fundación Freno al Ictus
Esta organización se encarga de crear los llamados Espacios Cerebroprotegidos, lugares públicos y empresas en los que se forma a personas que pasan tiempo allí de forma habitual para que sepan identificar cuándo una persona está sufriendo un ictus. Se les explican los síntomas más frecuentes -como pueden ser los problemas en el habla o la inmovilidad de una parte de la cara o de alguna extremidad- y se les forma para avisar a los servicios de emergencia y proporcionar detalles que permitan activar el Código Ictus.
El llamado Espacio Cerebroprotegido se estructura como una certificación que se entrega a las empresas que participan en este programa, y permite demostrar que allí, parte de la plantilla está formada para identificar un ictus. Compañías como Allianz Partners ya cuentan con ella, en su caso en el call center: sus teleoperadores pueden identificar que su interlocutor al teléfono podría estar sufriendo un accidente cerebrovascular. Decenas de empresas ya cuentan con esta certificación, que se puede solicitar en la web de la Fundación Freno al Ictus para recibir la formación adecuada y poder adelantarse a los acontecimientos, salvar vidas y evitar secuelas incapacitantes en las personas que sufren un ictus. Todos podemos formar parte de una cadena de protección y prevención.