BJ Adaptaciones es una compañía especializada en salas multisensoriales, y explica, de la mano de una de sus terapeutas, cómo pueden abordar la conducta y el bienestar de los usuarios.
En los últimos años, las salas multisensoriales se han impuesto como una de las formas más novedosas de abordar problemas de diversa índole, especialmente aquellos en los que las percepciones están alteradas. BJ Adaptaciones es una de las compañías líderes en la fabricación, instalación y mantenimiento de salas multisensoriales, cada vez más presentes en centros residenciales en España y el mundo.
Ahora, y de la mano de la terapeuta Bibiana Escribano, BJ Adaptaciones ha explicado, en el marco de los Innovation Days, cómo las salas multisensoriales pueden ayudar a abordar problemas de conducta y bienestar.
Qué son las salas multisensoriales y para qué sirven
Para empezar, hay que explicar qué son las salas multisensoriales. BJ Adaptaciones las define como espacios en los que “se dispone de diversos estímulos para los diferentes sentidos”, lo que permite “realizar una intervención terapéutica y educativa en el ámbito sensorial, cognitivo, motor, social y emocional desde muy diversos enfoques y con múltiples objetivos”.
En las salas multisensoriales se estimulan los sentidos mediante una combinación de elementos multimedia, como son las luces, música, texturas, objetos, sonidos o aromas. “Las salas multisensoriales permiten experimentar estímulos muy primarios a través de elementos de gran versatilidad”, explica la compañía. Una de sus características es la posibilidad de adaptar el uso de estos recursos a las necesidades de cada usuario, lo que hace de las salas multisensoriales entornos personalizados.
Las salas multisensoriales ayudan a personas con problemas cognitivos
El objetivo de las salas multisensoriales es interactuar con la persona para mejorar su ánimo y conducta mediante un programa que los terapeutas evalúan en tiempo real para su constante adaptación. Como explica la terapeuta Bibiana Escribano, la terapia debe buscar una progresiva adaptación al usuario para no abrumarlo con los estímulos, una labor en la que los profesionales deben poner todo su empeño.
Para ello, es importante “el sentido común y la observación” y sacar conclusiones útiles para la propia terapia. De este modo, se podrán aumentar las conductas prosociales, que promueven un estado emocional positivo y disminuyen las conductas disruptivas, mientras mejoran las habilidades motoras y funcionales, entre otras ventajas.
“Comprendiendo a la persona y colocándote en el mismo escalón anímico que ella podrás, poco a poco, estirar su estado de ánimo y llevarla primero a levantarse del sofá después de haberla escuchado, después de ayudarla a vestirse, y poco a poco sacarla de casa”, explica la terapeuta Escribano. Una forma novedosa de abordar una problemática que, gracias a la tecnología, tiene una nueva herramienta a disposición de los profesionales que dedican su vida a tratar de
mejorar la vida de los demás.