Un estudio revela que tratar la fragilidad cuesta cinco veces más que tratar a un mayor sin ella. En concreto, se pasa de 642 por unos cuidados de tres meses, a más de 3.600 euros.
Tratar la fragilidad cuesta cinco veces más que tratar a un mayor sin ella. Es una de las conclusiones ligadas a Advantage JA, una estrategia europea sobre envejecimiento saludable liderada por España en el marco de la Unión Europea.
Mientras que tratar a un paciente mayor sin fragilidad cuesta 642 euros de media cada tres meses, tratar a un mayor con fragilidad avanzada en esa misma horquilla de tiempo puede costar hasta 3.659 euros. Es cinco veces más. De ahí que los expertos aboguen por estrategias que permitan diagnosticar la fragilidad en los mayores cuando está en sus primeras fases, de manera que se puedan buscar remedios que impidan el avance y el consiguiente aumento de costes derivados de su tratamiento.
Detectar la fragilidad es algo posible ya en la actualidad. La Valoración Geriátrica Integral (VGI), que “solo es realizada en algunos centros sanitarios españoles”, puede servir para ello, como explica Cristina Alonso, coordinadora adjunta de Advantage JA. “Existe falta de formación en este ámbito y se tratan, con frecuencia, como signos asociados al envejecimiento” síntomas de fragilidad, como son la falta de energía, la lentitud al moverse o las limitaciones del movimiento, y la pérdida de peso.
Tratar la fragilidad avanzada es cinco veces más caro que tratar a un paciente sin ella
El hecho de no detectar a tiempo la fragilidad lleva a que esta evolucione de manera negativa, limitando la autonomía personal y causando una mayor morbimortalidad en los pacientes, advierten los expertos. De ahí la importancia de “indicar un tratamiento individualizado que tenga en cuenta el manejo de los eventos agudos y las enfermedades crónicas centrados en la capacidad funcional, así como la prescripción de ejercicio físico y una nutrición adecuada”, indica Alonso.
Asimismo, y aunque las Administraciones tienen mucho por hacer para fomentar la detección de la fragilidad, las personas también pueden evitarla o reducir el riesgo de padecerla siguiendo unas pautas de vida saludable. Dieta mediterránea, actividad física y evitar el tabaco y el consumo de alcohol son claves para evitar la fragilidad en los mayores, y además hábitos que permitirán llevar una vida más sana que fomente la longevidad.
Advantage JA, un programa europeo para detectar y tratar la fragilidad en los mayores
Advantage JA es una Joint Action (Acción Conjunta) impulsada por 22 Estados miembros de la Unión Europea y 33 organizaciones colaboradoras. Enmarcada en el tercer programa de salud de la UE 2014-2020, busca “resumir el estado del arte actual de los diferentes componentes de la fragilidad y su gestión, tanto a nivel personal como de la población, y aumentar el conocimiento en el campo de la fragilidad para construir un entendimiento común sobre la fragilidad”, según explican sus participantes.
El
objetivo de Advantage JA es elaborar, como conclusión a las investigaciones realizadas, un
modelo europeo común para el abordaje de la fragilidad en los mayores, el FPA (Enfoque de Prevención de la Fragilidad, por sus siglas en inglés). Con ello se pretende que los profesionales sanitarios y sociosanitarios de los Estados miembros de la Unión Europea dispongan de unas pautas de actuación tanto para
detectar la fragilidad como para tratarla de forma adecuada y, sobre todo, de manera que cubra las necesidades de una
población progresivamente envejecida.