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Entrevista con el CEO de Qida

Oriol Fuertes: “Queremos devolver el estatus social al colectivo cuidador”

Oriol Fuertes es CEO de Qida.
Oriol Fuertes es CEO de Qida.
martes 10 de noviembre de 2020, 11:02h

Qida es una startup que permite encontrar un cuidador a domicilio gracias al poder de la tecnología, que interviene tanto en el proceso de matching como en el control y evaluación de la prestación del servicio. Está protagonizando sonoras rondas de inversión y poniendo de relieve la creciente importancia de una columna más del sistema de atención a la dependencia: la atención domiciliaria.

¿Qué es Qida?

Es una empresa de impacto social con una doble misión: por un lado, que la gente pueda vivir más tiempo en casa, y, por otro lado, devolver el estatus social al colectivo cuidador, que históricamente se ha pagado mal y formado poco, y que como sociedad no hemos sabido poner en valor. Todo, con una importante base tecnológica.

¿Qida se encarga de proporcionar cuidadores a las familias?

Bastante más que eso, vamos más allá. Buscamos el cuidador adecuado, pero hacemos dos cosas más importantes: el seguimiento continuado para conseguir los objetivos del servicio y formación continua al cuidador.

Las familias contactan con Qida y la empresa aplica tecnología para encontrar un cuidador. ¿Cómo funciona este proceso?

El primer paso es hacer un plan de trabajo individual, ahora por videollamada, para tener en cuenta más de 70 variables que nos permitan medir la fragilidad sociosanitaria del usuario. Estas variables son las mismas que recogemos de los cuidadores.

Por ejemplo, si es una persona con movilidad reducida, necesitamos un cuidador con capacidades para atenderlo. Ahí entra el algoritmo de matcheo, que ordena de mejor a peor todos los cuidadores formados y disponibles para ese servicio.

Un segundo elemento de tecnología es el seguimiento que hacemos a través de la aplicación, que permite que el qider, el cuidador, vaya actualizando cómo está la persona, lo que genera unas alertas y alarmas al equipo de referentes sociales que coordina la atención.

Imaginemos que a una persona diabética le está subiendo el azúcar en sangre. Saberlo nos permite actuar.

Un tercer elemento es la formación de los cuidadores, todo de forma digital para poner en valor su trabajo y capacitarlos.

Qida tiene base tecnológica, pero también están los cuidadores ‘humanos’. ¿Cuántos tiene la empresa?

Tenemos dos modelos, un grupo al que empleamos nosotros y otros a los que emplea la familia. Lo que no hay son autónomos, no sería legal porque son servicios recurrentes. Si los emplea la familia, nos encargamos de la parte administrativa. Si no, los empleamos nosotros.

Qida no busca una amplia base de cuidadores, solo buscamos los que necesitamos, ya que los formamos e invertimos tiempo en ellos. No se puede ofrecer calidad y cantidad a la vez.

Hemos acreditado a unos 5.000 cuidadores, que supone que han pasado entrevistas y una formación. Digamos que hay tres números: los acreditados para trabajar, que son unos 5.000, los que han trabajado con nosotros este año, unos 1.500, y los que están trabajando en este momento, que son 650.

Qida acaba de firmar un acuerdo con Ballesol. ¿En qué consiste y qué busca?

Tenemos una filosofía muy similar, de buscar la calidad y el lugar donde la persona esté mejor. Hay mucho encaje en filosofía y valores. El acuerdo tiene dos partes: una que permite a los pacientes que se rehabilitan en una residencia y luego necesitan trabajar con Qida, y otra que es viceversa, usuarios que terminan su relación con nosotros y necesitan un cuidado más intensivo; en ese caso, les recomendamos un centro de Ballesol.

Qida está protagonizando importantes rondas de financiación. ¿Cuál es el objetivo de la compañía?

Parece que levantar dinero es la bomba, pero tenemos como prioridades la inversión en tecnología, con entre 1,5 y 2 millones invertidos durante el próximo año y medio. También queremos reforzar el equipo, atraer talento, equipo directivo, operaciones y marketing, ya que el talento es lo que te hace ganar o perder. Y luego está el crecimiento a nivel de marca, llegar a más ciudades.

¿Cómo gana dinero Qida?

Tenemos tres fuentes de ingresos: un primer pago que se hace de cara a la valoración de la persona, aunque vamos a riesgo y solo se paga si encontramos el cuidador adecuado; después, de lo que paga cada mes la familia, un 5 % se queda para Qida, lo que además permite que el cuidador gane más; y después, el servicio integral, con servicios complementarios como fisioterapia o logopedia, donde hacemos como plataforma que nos da una comisión por ofrecer estos servicios, con precios más competitivos que en el mercado general.

¿En cuántas ciudades de España está presente Qida? ¿Valoran salir al mercado internacional?

Ahora mismo operamos en Cataluña, Madrid y Zaragoza. No tenemos prisa para internacionalizarnos, queremos profundizar y fidelizar en el mercado español porque es muy grande y nos quedan muchas ciudades en las que ofrecer un servicio diferencial y de calidad.

En el corto plazo nuestro foco está en expandirnos hacia el norte, Valencia y el sur. Una vez lo tengamos, ya pensaremos en la expansión internacional. Como es un mercado muy fragmentado, buscamos ganar mucha cuota en las ciudades en las que estamos antes de ganar nuevas ciudades.

Hay bastantes empresas más o menos similares a Qida, al menos basadas en poner en contacto a cuidadores con las familias. En España hay una gran población de mayores de 65 años, por lo que este tipo de empresas son y serán necesarias. Pero ¿está atomizado este negocio?

Es un hecho que nacen empresas de continuo, lo que está bien porque sofistica el mercado. Yo creo que habrá consolidación. Saldrán competidores con más cuota de mercado, y pienso que Qida será uno de ellos porque va a crecer más durante los próximos años.

Igual que hemos visto en otros sectores, con un proceso hacia la consolidación, creo que en dos a cinco años también pasará en este sector. Pero creo que lo importante es explicar a las familias el valor diferencial. El que solo va a buscar cuidador, no es cliente Qida; quien valora el seguimiento y la actitud proactiva, ese es nuestro cliente.

La pandemia ha perjudicado de muchas formas a las residencias de mayores, también impidiendo nuevos ingresos durante algunas semanas. Eso ha llevado a muchas familias a buscar en la asistencia a domicilio un sustituto temporal. ¿Ha notado Qida un incremento de la demanda durante los últimos meses?

Nuestra política, como empresa, es no decir nada negativo del mundo residencial. Formamos parte del mismo sector y creo que han actuado con la máxima buena fe. Tenemos que poner en valor la parte positiva de las residencias, y creo que lo demostramos con el acuerdo con Ballesol. Se ha sido injusto con las residencias.

Por otra parte, sí ha habido incremento de la demanda. Nosotros hemos doblado la demanda desde marzo. Crecemos un 50 % al trimestre. El número de personas que llaman es el mismo, pero cambia de los que llaman, cuántos compran, la conversión. Eso sí ha aumentado mucho, quizás por situaciones más urgentes.
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