Los últimos datos anuales oficiales de los que disponemos, y que nos permiten analizar nuestro sector, son los publicados por IMSERSO en junio 2020 sobre lo ocurrido en 2019. Las cifras indican que el SAAD tiene incorporado al 20,81 % de los mayores de 65 años en los distintos tipos de ayudas o servicios de dependencia.
El reparto de ayudas y servicios que estos mayores utilizan es el que se muestra en el gráfico que acompaña a este texto.
Por tanto, nuestro sector atiende a un 68,56 % de este colectivo. Es decir, 1.315.087 personas cuentan con algún tipo de servicio de atención a la dependencia:
6,07% de los mayores dependientes incluidos en SAAD acude a un centro de día
10,94 % de los mayores dependientes incluidos en SAAD reside en un centro
17,86 % de los mayores dependientes incluidos en SAAD recibe ayuda en casa
18,32 % de los mayores dependientes incluidos en SAAD tienen botón de Teleasistencia
31,46% de los mayores dependientes incluidos en SAAD es cuidado por un familiar
15,41% de los mayores dependientes (otros… como ayudas técnicas, adecuaciones…)
Mientras muchas otras personas (1.366.516) esperan la valoración de dependencia (dato Imserso informe mayo 2021). De manera gruesa, podemos afirmar que estamos atendiendo a la mitad de los que deberíamos atender en el sistema SAAD.
Sin entrar en la valoración de las razones por la que este hecho se produce, la realidad es que nuestro sistema de atención a la dependencia atiende a menos personas de las que correspondería.
Por otra parte, en el análisis de las prestaciones o servicios que se perciben por parte de este colectivo de personas dependientes que lograron ser valoradas y que se les asignará un recurso, podemos afirmar que con el recurso asignado no se consigue cubrir las necesidades existentes:
- Las propuestas para ser atendido por servicios SAD suponen una media en horas de 2,7 horas de atención semanal (media comunidades autónomas, destacando Andalucía con 7,2 horas semanales). 3 horas de SAD a la semana no permiten la ayuda necesaria que un dependiente de GRADO 2, ni GRADO 3 necesita.
- Las propuestas de plaza en centros de día son poco flexibles. Obligando a rutinas que a veces no se ajustan a las necesidades de los familiares y del dependiente.
- El presupuesto para atender al mayor en un centro residencial, como hemos abordado en muchas ocasiones, no es suficiente para el nivel de calidad asistencial que debe ofrecerse (además de la poca homogeneidad que esta cifra tiene a nivel nacional)
- El tiempo de espera es tan largo, que los mayores llegan a los servicios con un nivel de deterioro mayor al recomendable para el servicio asignado.
Debemos hacer visible esta realidad, porque es importante para lanzarnos a nuevos paradigmas, partir de la realidad que sostiene nuestro modelo actual. Nuestro modelo nos muestra que casi el 50% de las soluciones para atender a la dependencia del mayor están en manos privadas. Que nuestros SAAD ofrecen apoyos insuficientes. Para generar modelos nuevos, tenemos que pensar en cómo vamos a financiarlos.
Inmaculada Cerejido
Directora General de Amade