Albertia y la Fundación Maria Wolff han publicado un estudio sobre eliminación de sujeciones químicas en residencias de mayores utilizando un algoritmo que regula el uso de psicofármacos.
Albertia y la Fundación Maria Wolff han publicado en la revista ‘Journal of Alzheimer’s Disease-Reports’ un estudio sobre eliminación de sujeciones químicas en residencias de mayores utilizando un algoritmo que regula el uso de psicofármacos.
La investigación, que ha tenido lugar en residencias de mayores de Albertia, utiliza un algoritmo que determina cuándo y cómo deben utilizarse psicofármacos, lo que permite un uso racional y restringido, adaptado a las necesidades particulares de cada persona.
Albertia y Fundación Maria Wolff analizan la eliminación de sujeciones químicas
El estudio, denomidado ‘Criterios CHROME’, aporta datos vitales para los médicos en la retirada de la prescripción de psicofármacos. El algoritmo desarrollado por los científicos de la Fundación Maria Wolff permite un uso racional de los psicofármacos que evita las sujeciones químicas de los mayores, mejorando así su calidad de vida sin afectar negativamente en el comportamiento.
“La formación en ‘Criterios CHROME’ permite al médico de atención primaria, o al médico de residencias, una revisión ágil de los psicofármacos y retirar aquellas prescripciones innecesarias o acertar con el fármaco adecuado si hiciera falta,” afirma el doctor López Álvarez, coautor del estudio.
La eficacia de los Criterios CHROME en la eliminación de sujeciones químicas
Para comprobar la eficacia de la metodología desarrollada para reducir las sujeciones químicas, los científicos de la Fundación Maria Wolff llevaron a cabo un estudio sobre 171 personas mayores con demencias de varias residencias para mayores de Albertia. Los datos obtenidos sobre diagnósticos basados en diferentes síndromes neuropsiquiátricos fueron esclarecedores.
Por un lado, los trastornos del sueño se redujeron en casi un 30 %, pasando del 61,2 al 33,1 %. Por otro lado, los diagnósticos de ansiedad bajaron del 60,5 al 37,4%, y los de depresión pasaron del 57,8 al 30,9%. Todo ello a pesar de reducir el suministro de medicamentos en un 52,6 % de media, lo que vendría a ser un medicamento menos por paciente.
Menos psicofármacos se tradujo en menos problemas de salud
De hecho, el suministro en la prescripción de psicofármacos que más se redujo en los pacientes fue el de antidepresivos, que pasaron de un 76,9 a un 33,8 % tras la intervención y el de neurolépticos atípicos, que disminuyeron desde el 38,8 % previo hasta el 15,1 % final. Las reducciones más notables se registraron en las benzodiacepinas, sobre las que se alcanzó una disminución de hasta el 87 %.
Las cifras, aseguran los responsables del estudio, permitieron mejorar el estado de ánimo de los usuarios afectados, lo que también supuso una reducción en los ingresos hospitalarios de los mismos.