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Un colegio y un centro de día de Madrid ponen en marcha una curiosa actividad intergeneracional

Actividades intergeneracionales en centros de día de Madrid junto a colegios.
Actividades intergeneracionales en centros de día de Madrid junto a colegios.
domingo 03 de julio de 2022, 09:00h

Un colegio y un centro de día de Madrid han puesto en marcha una curiosa actividad intergeneracional que recupera una tradición casi olvidada en la sociedad actual.

Un colegio y un centro de día de Madrid han puesto en marcha una curiosa actividad intergeneracional que recupera una tradición casi olvidada en la sociedad actual: la escritura y posterior envío de cartas manuscritas.

La actividad, en la que han participado el centro de día José Villarreal y el colegio Beata María Ana de Jesús, se enmarca en la iniciativa intergeneracional Raíces y Alas, en la que colaboran ambos centros desde 2009. Da la casualidad de que el colegio y el centro de día se encuentran a 130 metros de distancia, lo que llevó en su momento a sus respectivos responsables a plantear vías de colaboración para juntar a mayores y niños en actividades de todo tipo.

La actividad de este año ha consistido en un intercambio de misivas escritas a mano. En primer lugar, cada persona mayor escribió una misiva a uno de los niños o niñas asignados en función de algunas circunstancias concretas que facilitó la profesora del grupo. Tras entregárselas en mano a la profesora, ambos grupos se reunieron en Madrid Río para que el alumnado entregara sus cartas y conocieran a la persona mayor que, con tanto cariño, les había escrito. El resultado de esta actividad fue tan positivo que, incluso antes de finalizar la actividad, mayores y estudiantes ya preguntaban por el próximo encuentro.

Actividades intergeneracionales en centros de día de Madrid

El objetivo no es solo potenciar la memoria, la capacidad lingüística, la lateralidad en los mayores. Según Paula Pérez, terapeuta ocupacional de ILUNION Sociosanitario en el Centro de día Municipal José Villarreal, “se trata también de asentar valores como la responsabilidad y el respeto, fomentar el conocimiento a los mayores, de crear un espacio de intercambio generacional con reciprocidad de roles, en la que tanto mayores como niños sean maestros”.

Así, el alumnado aprende buenas maneras y recibe detalles de cómo se vivía antes de que ellos nacieran, mientras que los mayores aprenden de su cariño, de su energía y simpatía, así como a manejarse con el ordenador. Un intercambio cultural y social que beneficia a las partes y crea vínculos en una sociedad que tiende al aislamiento mutuo.

Este programa tiene un valor terapéutico muy grande para los mayores y formativo para los más jóvenes”, destaca Mario Peñas, director del colegio Beata María Ana de Jesús. “Cuando pones juntas dos generaciones, compruebas que están muy lejos en edad, pero muy cerca en el corazón”, apunta.

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