Las residencias y centros de mayores respiran aliviadas tras dos años de extrema dureza por la situación sanitaria: la enorme cobertura vacunal ha permitido que las cifras de contagios y la gravedad de la enfermedad estén contenidas. Pero la FED llama a no bajar la guardia y renovar la inmunidad con las dosis de refuerzo para poder seguir viviendo con normalidad, dentro y fuera de las residencias.
La situación sanitaria causada por el coronavirus parece estar descontrolada en China, pero en Europa, y concretamente en España, se observan cifras positivas que no dejan de mejorar. No obstante, ¿cómo está la situación actualmente en residencias de mayores?
La situación actual está muy controlada. Tenemos pequeños brotes que van surgiendo en algunos centros, pero negativizan en cinco o siete días. El nivel de contagio e incidencia en las personas que lo padecen es mínimo, y eso se debe a que la gran mayoría de nuestros residentes están vacunados con las cuatro dosis. Se ha demostrado que las vacunas han funcionado, y esto es la prueba evidente.
En China, parece que con su política de ‘Covid Cero’ no ha tenido un nivel de contagio como el que ha habido en Europa, por lo que su nivel de contagios ahora es como el que hemos tenido nosotros en 2020 y 2021.
¿Cómo están cursando los enfermos cuando se contagian?
Los expertos ya decían que terminaría derivando en una especie de gripe. Y eso es lo que estamos observando, y en la mayoría de los casos incluso se detecta en una persona cuando se desplaza a un hospital para una prueba o consulta con el especialista, ya que, por protocolo, se les hace un test. En muchos casos es el propio hospital el que luego nos notifica que una persona ha dado positivo.
Pero sigue muriendo gente.
Sí, claro, y también muere gente de gripe todos los años. Son procesos normales. Atendemos a personas con 85 años de media y patologías múltiples, por lo que tienen situaciones muy frágiles y vulnerables.
¿Se observan casos de Covid persistente?
Hemos tenido Covid persistente en el pasado, con personas que tardaban mucho en negativizar, incluso tres o cuatro semanas, cuando otras lo hacían en una semana. Yo no soy médico y desconozco por qué a unas personas les afecta de una forma y a otras personas de otra.
En cuanto a efectos secundarios, no estamos encontrando demasiados entre los residentes.
Actualmente, la cuarta dosis de la vacuna, que es la segunda de refuerzo, ya está disponible para todas las franjas de edad. ¿Qué cobertura de esta cuarta dosis hay entre personas mayores?
Estaríamos hablando de un 90 o 95 %, pero en personal estaremos entre un 65-70 %. Se ha extendido la idea equivocada de que las vacunas son contraproducentes, y resulta increíble que incluso sanitarios se han negado a ponérselas, y en el mundo social también ha tenido influencia esa forma de pensar. Vacunarse es voluntario, así que no podemos decir nada. Solo podemos aconsejar vacunarse, porque es un hecho que las vacunas han funcionado.
Existe cierta desinformación y desconocimiento sobre las dosis de refuerzo, con grupos de personas que están constantemente desacreditando a las vacunas. ¿Cómo trabajáis desde el sector asistencial contra esa desinformación para promover que las personas actualicen su inmunidad con las dosis de refuerzo? Porque estas dosis, precisamente, buscan actualizar y recuperar la inmunidad, que se pierde con el paso del tiempo.
Lo que hacemos es argumentar y explicar a la gente de dónde venimos. Basta recordar la primavera de 2020, con el terrible escenario en el que nos encontrábamos en comparación con cómo nos encontramos ahora. ¿Quién nos sacó adelante? Las vacunas. Así que poner ahora en tela de juicio o dudar de la eficacia de las vacunas es, como mínimo, una irresponsabilidad.
Y decir que le estamos haciendo el juego a las grandes farmacéuticas... Si una empresa invierte dinero en la investigación de un medicamento o una vacuna, eso es un beneficio para toda la sociedad. Ha invertido recursos y funciona, y eso, evidentemente, tiene que tener su premio económico, igual que habrá empresas farmacéuticas que habrán invertido dinero y no les habrá salido bien, y han perdido. Poner el foco en eso me parece mezquino. Las vacunas han funcionado y gracias a Dios, en un tiempo récord, han resuelto un problema que tenía toda la humanidad.
¿Qué mensaje lanzaría la Federación Empresarial de la Dependencia-FED a profesionales del sector o a los familiares de los usuarios? ¿Que actualicen sus vacunas?
Sí, claro, es lo que estamos recomendando siempre, y cuando sale una nueva recomendación por parte de las Autoridades Sanitarias, nosotros no somos quién para desautorizarlas: hay que cumplirlas. Y ahora, insisto, tenemos resultados evidentes de que las vacunas han funcionado. Negarlo es una irresponsabilidad, y más teniendo en cuenta la fragilidad de las personas con las que trabajamos y las consecuencias desastrosas que puede tener en una persona que no se haya vacunado y que tenga esa edad y esa situación médica y sanitaria.
Desde primavera solo se hace seguimiento de los casos en mayores de 65 años, y no se hacen aislamientos o cribados a la población en general. De hecho, muchas personas se contagiarán sin darse cuenta y creerán pasarlo como un catarro, hasta el punto de que ahora mismo hay una especie de epidemia de catarros por los que va pasando casi todo el mundo. Con este escenario, ¿qué medidas debería tomar la población cuando vaya a visitar o a compartir espacio con personas mayores o especialmente vulnerables?
Otra de las cosas que ha funcionado es la utilización de las mascarillas. En 2020 y 2021 hubo muy poca incidencia de gripe y de constipados, en comparación, por ejemplo, con este año. Ahora mismo, las personas mayores no tienen que utilizar mascarillas en los centros, pero los profesionales y los familiares que asisten a los centros a visitar a sus seres queridos sí tenemos la obligación de utilizarlas, y eso es una medida de protección que ha funcionado y sigue funcionando. No se necesitan medidas extraordinarias, salvo esas.
Si una familia pasa el fin de semana con su familiar, fuera de los centros, ¿cómo deberían comportarse ahí? Sobre todo en eventos familiares, restaurantes, lugares públicos...
Lo suyo sería que por lo menos el mayor utilizase la mascarilla, sería prudente en casos en los que el mayor sale del centro y está con la familia. Pero eso es un tema voluntario, evidentemente.
Hace unos días, la Comunidad de Madrid anunció la activación del plan de emergencias en residencias de mayores debido a la crisis sanitaria que atraviesa China. ¿En qué consiste exactamente y qué medidas supone adoptar?
Creo que se ha creado una alarma innecesaria. Lo que nos ha transmitido la Comunidad de Madrid es la necesidad de revisar los planes de contingencia de los centros y, en concreto, el número de EPIs que tiene cada centro, ya que China es el gran productor de estos equipos, y si vuelve a una situación de alarma, no se sabe si podrá bloquear el aprovisionamiento de EPIs al resto del mundo. Es prudente por parte de las Autoridades pedir que revisemos nuestros almacenes y nos proveamos, como mínimo, de necesidades para un mes. Eso ha sido todo, pero algunos medios lo han sacado de quicio.
Quejas por el tratamiento informativo de algunos medios
En la entrevista, Ignacio Fernández-Cid pide comentar un tema que está generando irritación en el sector: el tratamiento informativo, por parte de algunos medios, hacia las empresas del sector asistencial. "Algunos medios se están ensañando con nuestro sector y no entendemos por qué. Se está creando una alarma social infundada, no sabemos si para vender más o conseguir más audiencia. Que algunas residencias o servicios funcionen mal no significa que todos funcionemos mal. Son casos aislados que somos las propias empresas las que queremos que se depuren responsabilidades. No se puede generalizar, porque estamos creando miedo en muchas personas", explica el presidente de la FED.
En este sentido, añade que "damos servicios cada día a 1,9 millones de personas. Solo en residencias hay casi 400.000 plazas. Si tratásemos mal a las personas, esto sería insostenible y habría denuncias todos los días. Somos centros acreditados en calidad por AENOR, Verificálitas y otras. Pasamos controles muy rigurosos y estamos sometidos a inspecciones continuas. El que lo hace mal, tiene la sanción correspondiente. Pero vemos que servimos de carnaza a algunos medios, y eso es indignante porque supone extender una manta de duda entre la población. Intentamos hacer nuestro trabajo lo mejor posible todos los días, como todo el mundo y como en todos los sectores".