Las úlceras por presión son un grave problema de salud que sufren personas encamadas, y que requiere un abordaje continuado y especializado.
¿Se pueden evitar las úlceras por presión? Este problema de salud, frecuente en personas mayores y en pacientes encamados, “constituyen un problema de salud pública, tanto por su elevada prevalencia como por el gran impacto que tienen en la calidad de vida de quienes las padecen”, explican desde DomusVi.
Se trata de un tema delicado, doloroso y con el potencial de convertirse en una situación de gravedad para la persona que lo sufre. Y aunque la tecnología, con camas y colchones para evitar las úlceras por presión, ya busca un enfoque preventivo, lo habitual sigue siendo una respuesta una vez han aparecido.
Causas de las úlceras por presión: qué las provoca
Como explican desde DomusVi, las úlceras por presión (UPP) se forman normalmente en pacientes que tienen una capacidad de movilidad muy reducida o que están inmovilizados, y consisten en una necrosis de la piel y el tejido subcutáneo de una zona sometida a presión entre dos planos duros: los huesos del paciente y el soporte (cama o silla).
Las lesiones pueden aparecer por cuatro mecanismos diferentes que alteran el riego sanguíneo de la zona: presión, humedad, fricción o cizallamiento (combinación de presión y fricción), y se clasifican en cuatro estadios según el aspecto y la gravedad.
Cómo se curan las úlceras por presión
Una vez aparecen, las úlceras por presión deben ser tratadas desde distintos frentes. En primer lugar, hay que trabajar para tratar el dolor que suponen las heridas y tratarlas adecuadamente para evitar infecciones. Y, en segundo lugar, hay que buscar reducir las causas de las úlceras por presión en ese caso concreto para evitar que las heridas continúen produciéndose, creciendo o agravándose.
Por lo general, una vez se eliminan los factores de riesgo y se tratan las heridas, el paciente se puede recuperar por completo sin secuelas. Pero esto dependerá de muchos factores adicionales, incluyendo el estado general de salud de la persona y de la gravedad de las lesiones. De hecho, si necesita continuar encamado, lo más probable es que vuelva a padecerlas o que siga padeciéndolas.
Cómo prevenir las úlceras por presión
Los expertos de DomusVi, acostumbrados a tratar en muchos usuarios de sus centros este problema, proponen cinco puntos para evitar las úlceras por presión:
- El cuidado de la piel. Hay que examinar el estado de la piel como mínimo una vez al día, para detectar rápidamente la aparición de una lesión en su fase más temprana (cuando tiene apariencia de eritema cutáneo que no palidece tras 30 minutos de haber cesado la presión). Asimismo, mantener la piel del paciente limpia y seca y utilizar jabones o sustancias limpiadoras neutras que no agredan la piel, evitando la fricción en el secado.
- Manejo de la presión. Este es el principal factor de riesgo para la aparición de las úlceras, ya que genera un proceso isquémico en los tejidos implicados a consecuencia de una disminución de oxígeno y nutrientes en esa zona. Para minimizar su efecto, hay que realizar cambios posturales en el paciente encamado cada 2-3 horas, y cada 15 minutos en el mayor con capacidad de movilidad.
- Posiciones terapéuticas y colocación de almohada. Se deben estudiar las posiciones más adecuadas para cada caso, dependiendo de la casuística de la persona y teniendo en cuenta que las zonas más frecuentes en las que se producen las úlceras son la región sacra, los talones, las caderas y las tuberosidades isquiáticas.
- Manejo de la fricción. Siempre se deben proteger los codos y los talones, utilizar barandillas y trapecios para facilitar la movilidad y no elevar la cama más de 30º.
- Manejo de la nutrición. Tan negativa es la alteración nutricional por exceso (sobrealimentación) como por defecto (desnutrición). Por tanto, es necesarios realizar un estudio para determinar una dieta individual óptima para cada paciente, ya que hay alimentos que pueden proteger de la aparición de una úlcera o contribuir a su curación.