El aumento del envejecimiento de la población está cambiando cuáles son las principales causas de muerte no natural en España, según las últimas estadísticas disponibles.
El aumento del envejecimiento de la población en España tiene potencial para cambiar muchas dinámicas sociales al mismo tiempo. Una de ellas es cuáles son las principales causas de muerte no natural, que son aquellas no derivadas de enfermedades o del propio desgaste del cuerpo, sino debidas a situaciones extraordinarias o accidentes.
Así, y según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la principal causa de muerte no natural en España sigue siendo los suicidios, pero crecen en importancia las caídas y los ahogamientos, que se sitúan en segundo y tercer lugar. Este último incluye los atragantamientos, que aunque pueden afectar a cualquier nivel de la población, se estiman más frecuentes en niños y en personas mayores con problemas de deglución.
Causas de muerte no natural en España
Según datos recogidos por ‘El País’, en 2021 se produjeron más de 4.000 suicidios en España, una cifra que ha crecido de manera considerable en los últimos años y que la pandemia ha acelerado. Sin embargo, donde se observa una progresión casi exponencial es en las caídas, que ese mismo año superaron los 3.600 decesos, frente a los aproximadamente 2.200 de una década anterior.
En el caso de los ahogamientos, en 2021 se registraron más de 3.500 muertes relacionadas, frente a las poco más de 1.100 de 2002. A partir de 2003 se observa un importante incremento hasta llegar a las cifras actuales.
Cómo evitar las caídas
Los expertos relacionan determinados fenómenos con el envejecimiento, que hace más susceptibles a esas personas de sufrirlos. Pero también consideran que no en todos los casos hay que asumirlos como algo inevitable. De hecho, existen medidas para contribuir a mejorar estas cifras. En el caso de las caídas, mejorando la autonomía de los pacientes con un estilo de vida más saludable ya desde la edad joven y adulta, para que cuando llegue el envejecimiento, determinados fenómenos no se magnifiquen. En otros casos, sobre todo sin aparecen demencias o problemas de movilidad inevitables, se hace importante crear entornos seguros para reducir el riesgo de caídas.
Un estudio de Mapfre, de hecho, observó que en el 58 % de las caídas había involucrado algún factor externo a la persona, sobre todo el estado del entorno tanto en casa como en la calle. Además, el estudio cifró en un 15 % las personas totalmente independientes que, tras una caída, pasaban a ser parcialmente dependientes, y en un 2,1 % las que quedaban en una situación de total dependencia. Hasta el 18 % necesitó ayuda tras la caída para poder moverse con normalidad.
Además, ‘El País’ explica que el 11 % de las personas mayores de 80 años fallece en un periodo de seis meses tras una caída, aunque sea por causas no directamente relacionadas con este suceso, frente al 1,6 % de los mayores de 80 años que mueren en un periodo de medio año si no media un evento de este tipo.
Cómo evitar los atragantamientos
En el caso de los atragantamientos, los expertos creen que una parte de ellos se deben a prótesis dentales que utilizan personas de mayor edad, así como alimentos en general si sufren deterioro cognitivo. Por eso, los expertos recomiendan texturizar las comidas si existe un riesgo cierto y real de atragantamiento por las características de la persona, así como acompañar a esas personas durante las comidas para vigilarlos.
Asimismo, recomiendan aprender determinadas técnicas para evitar un ahogamiento, como son dejar a la persona toser si se atraganta (para que el cuerpo pueda intentar expulsar el elemento por sí solo) y no meter los dedos en la boca salvo que se vea el objeto. En caso de bloqueo en las vías respiratorias, hay que realizar la maniobra de Heimlich, que se puede aprender incluso viendo algún vídeo en YouTube. Algo que también se puede realizar la persona afectada a sí misma, aunque los expertos reconocen que una persona mayor, con algún nivel de dependencia o con fragilidad no podrá, por lo que apuntan a la soledad como otro de los factores que contribuye de forma letal a la esperanza de vida de las personas mayores o con dependencia.
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