La Comunidad de Madrid ha anunciado la creación de 81 unidades de convivencia reducidas en residencias públicas, con una inversión cercana a los 59 millones de euros. Estas unidades, diseñadas para ofrecer un entorno más familiar y personalizado, forman parte de un ambicioso plan para mejorar la atención a mayores y personas con discapacidad en la región.
Un nuevo modelo de atención residencial
La iniciativa contempla la creación de espacios con un máximo de 25 plazas, que contarán con estancias comunes como comedor, sala de estar y cocina, entre otras. El objetivo es reproducir la estructura y el funcionamiento de un hogar, proporcionando a los residentes un entorno más acogedor y personalizado. La consejera de Familia, Juventud y Asuntos Sociales, Ana Dávila, destacó que se busca "crear espacios confortables para que nuestros residentes se encuentren como en casa" .
Inversión y mejoras adicionales
Además de la inversión principal, se destinarán 2,5 millones de euros adicionales a proyectos de decoración y renovación de mobiliario en las residencias de Madrid Sur, Usera y Peñuelas. Estas mejoras buscan adaptar los espacios a las necesidades de los residentes, fomentando su bienestar y autonomía.
Centros beneficiados
Las 81 unidades de convivencia se ubicarán en diversas instalaciones de la Agencia Madrileña de Atención Social, incluyendo:
Reforma normativa para mejorar la calidad
En noviembre de 2024, la Consejería aprobó una nueva orden de acreditación para mejorar los requisitos de calidad en los centros y servicios de atención social. Las nuevas residencias de mayores tendrán una capacidad máxima de 150 plazas, y las destinadas a personas con discapacidad, un máximo de 50. Además, al menos la mitad de las habitaciones deberán ser individuales, y la atención será personalizada, asignando un profesional de referencia a cada usuario.
Financiación europea y compromiso social
Este proyecto cuenta con financiación de fondos europeos, reflejando el compromiso de la Comunidad de Madrid con la mejora de la atención social y la adaptación de los servicios a las necesidades actuales de la población. La implementación de estas unidades de convivencia representa un paso significativo hacia un modelo de atención más humano y centrado en la persona.
Referencias: