La Navidad es un momento de reuniones familiares, aglomeraciones y mayor vida social que durante el resto del año, lo que requiere hacer pequeñas adaptaciones para que las personas con Alzheimer puedan disfrutar de estos días en igualdad de condiciones sin perjudicar a su bienestar.
La Navidad con personas con Alzheimer tiene que respetar las tradiciones familiares sin comprometer el bienestar de nuestros mayores. Por ello, la Fundación Pasqual Maragall, especializada en la investigación del Alzheimer y en la búsqueda de una mejor calidad de vida para quienes padecen esta enfermedad, ha difundido varios consejos para disfrutar de estas fechas con este colectivo.
En este sentido, Glòria Mas, neuropsicóloga y terapeuta de la Fundación Pasqual Maragall, recuerda que “una rutina cotidiana repetitiva y organizada ayuda tanto a la persona con Alzheimer, como a la persona que lo cuida. En estas fechas, esta rutina se ve interrumpida y puede llegar a presentar dudas sobre cómo se debería afrontar la situación, por ello es importante mantener actividades que evoquen a su vida diaria”.
Concienciar a toda la familia
Como explican los expertos de la Fundación Pasqual Maragall, ante una reunión familiar hay que avisar a los participantes sobre la situación en que se encuentra la persona con Alzheimer respecto a su enfermedad para que comprendan cuál debe ser su comportamiento y actitud.
También será enriquecedor implicar a los familiares en las tareas que normalmente desarrolla la persona cuidadora para que todos los miembros tengan la oportunidad de relacionarse con la persona con Alzheimer. La interacción directa es una forma muy eficiente para darse cuenta de las capacidades y necesidades de quien convive con una demencia. Todo ello debe hacerse de forma tranquila y no todos los familiares a la vez, ya que un exceso de estímulos puede no ser positivo y provocar un aislamiento.
Por otro lado, los encuentros y reuniones de estas fechas son buenas ocasiones para que otros familiares se involucren en el cuidado de la persona con Alzheimer. Será positivo para compartir mejor las tareas y desahogar a la persona cuidadora de las obligaciones que desarrolla normalmente. Sin embargo, siempre hay que tener presente que el cuidador principal es quién mejor sabe cómo actuar delante de cualquier situación y, por tanto, se debe seguir su criterio.
Como destacan los expertos, los niños son un incentivo positivo para la persona con Alzheimer y es buen momento para fomentar esa relación. Eso sí, a pesar del estímulo tan positivo que suponen, será conveniente regular la interacción, ya que la energía de los pequeños es incansable e intensa, y hay que evitar llegar a saturar o cansar en exceso a la persona con Alzheimer.
Cómo adaptarse al comportamiento de una persona con Alzheimer
Por otro lado, las tradiciones familiares representan una oportunidad de crear rutinas que se repitan cada año. Pero hay que vigilar que estas tradiciones no descompensen en exceso las propias rutinas de la persona con Alzheimer. Y un ejemplo que ponen los expertos de la fundación es el de las comidas: hay que evitar que sean muy copiosas o pesadas para el paciente para evitar un malestar posterior o una interferencia con su medicación.
Si es necesario viajar, desde la Fundación Pasqual Maragall recomiendan “pensar en algunos recursos que evoquen su rutina diaria”, destaca Glòria Mas, y “entender que en algún momento [la persona con Alzheimer] se sienta agobiada” ante lo que supone una disrupción en su día a día.
En todo caso, también es posible que el paciente con Alzheimer tenga un comportamiento difícil. En tal caso, los expertos recomiendan no sentirse culpables o responsables de ello; simplemente, vigilar la seguridad de todos y redirigir la atención hacia algo positivo. Con paciencia y empatía, todos podremos disfrutar de unas felices fiestas en familia sin dejar a nadie atrás.