La Fundación Edad&Vida es uno de los grandes baluartes divulgativos sobre las necesidades de las personas mayores o en situación de dependencia. Y la pandemia no ha frenado su actividad: sus webinars están sirviendo al sector para reformular el enfoque que se tiene de estas problemáticas.
¿A qué se dedica la Fundación Edad&Vida?
A mejor la calidad de vida de las personas mayores y de aquellas que van a serlo, insistiendo en temas relacionados con la dependencia y su prevención.
Intentamos enfocar factores que nos permiten envejecer con calidad de vida: temas económicos, prevención, salud o la planificación del final de vida desde el punto de vista ético y económico.
Hacemos actividad de divulgación y estudio, con el objetivo de ser el referente, tanto para profesionales como para personas mayores, en temas de salud.
En ‘NGD’ ya hemos hablado del importante fondo documental de la Fundación Edad&Vida. ¿Qué nos puede contar de este fondo?
Pretende ser un repositorio de aquellos documentos que, dentro del trabajo diario de la Fundación, vamos recopilando y utilizando, y que creemos que pueden ser de utilidad para el resto de profesionales.
Es un trabajo de recopilación y de búsqueda de todos aquellos agentes que trabajan en temas de dependencia, de salud y de temas económicos que creemos que pueden ser de utilidad para las personas que nos siguen.
Fundación Edad&Vida ha organizado varios webinars durante estas últimas semanas. ¿Qué nos puede contar de esta iniciativa?
El tema de los webinars se inició en la época más dura del confinamiento, y un poco ante la necesidad de hacer comunidad y de compartir todas aquellas situaciones de estrés que nos superaban en aquel momento.
Empezamos con temas muy centrados en el mundo de las residencias, que eran las que en aquel momento copaban todas las noticias: cómo tenían que evolucionar, cómo deberíamos dar de comer a las personas mayores, la formación de los cuidadores, temas de seguridad, de cómo deberíamos reabrir los centros residenciales…
Lo que pretendíamos en aquellos momentos era intentar poner foco hacia aquellas cosas que nos podían ayudar a todos los profesionales, siempre de la mano de los expertos más reputados del sector.
Desde la Fundación estamos muy agradecidos con los participantes y también con toda la gente que ha asistido, porque creo que somos una de las instituciones con más capacidad de convocar público, por la calidad de los ponentes y por nuestra independencia a la hora de tocar los temas.
La Fundación suscribió hace poco un acuerdo con Almagro Capital. ¿Qué buscan con esta colaboración?
Uno de los temas que siempre han preocupado a la Fundación Edad&Vida es la gestión de los recursos económicos de las personas mayores porque, a pesar de ser unos firmes defensores de la pensión pública, somos conscientes de que en muchas ocasiones esa pensión no es suficiente para tener unos cuidados de calidad a la hora de la verdad.
Siempre hemos abogado por que las personas hagan cierta planificación en la medida de sus posibilidades, ser conscientes de que probablemente necesitemos un nivel de recursos superior al que nos aporta la pensión pública.
Almagro Capital es una empresa preocupada por los temas de las personas mayores y está lanzando ciertas iniciativas muy interesantes, como es transformar las viviendas de las personas mayores en líquido para que, con ese dinero, puedan pagarse servicios médicos de calidad o complementar los servicios que la propia Administración Pública les da.
Es una gran verdad que en este país prácticamente todo el mundo ha ahorrado a través del ladrillo, invirtiendo en las casas propias o una segunda residencia y, a la hora de la verdad, necesitamos que ese ahorro que está inmovilizado en forma de pisos, apartamentos o locales, se pueda usar.
Almagro Capital está desarrollando fórmulas que deberían o deben facilitar lo que técnicamente se llama licuación de patrimonio, transformar un activo muy poco líquido en dinero.
¿Qué papel juega la Fundación Edad&Vida en este proceso?
Esto que he explicado es muy conocido en países europeos, pero muy poco en España, donde es un mercado prácticamente inexistente. El compromiso es hacer llegar a la población lo que significa o puede aportar este tipo de fórmulas para que la persona mayor las conozca y pueda tomar sus propias decisiones, pero con todo el conocimiento basado en las evidencias científicas, intentando explicar los pros y los contras. No buscamos vender ningún producto, solo explicar las ventajas que pueden dar el uso de determinadas herramientas.
La pandemia se ha cebado con las residencias de mayores, y ahora estamos en plena segunda oleada de contagios, para la que no sabemos cómo están de preparados. ¿Cómo ven desde la Fundación cómo ha afectado la pandemia a las residencias de mayores?
Lo primero que hay que decir es que la COVID-19 ha puesto en evidencia las debilidades del sistema. Las residencias no es que sean más débiles que otras instituciones, el problema de las residencias es que las personas que están institucionalizadas son personas que ya están enfermas y a las que, por tanto, el virus ataca de una manera más brutal que en otras instituciones.
Sí que es verdad que en el momento más álgido de la pandemia los recursos no llegaron a las residencias, pero es que no llegaban prácticamente a ninguna parte, con la única diferencia de que en las residencias ya había gente enferma.
Con eso lo que quiero decir es que las residencias han sufrido mucho, probablemente de manera muy injusta, y seguirán sufriendo, pero con un mayor conocimiento de cómo tratar el virus y de cómo intentar que no entre la residencia. Y, sobre todo, cómo intentar que, si entra, se pueda detectar a tiempo. Y, evidentemente, que se establezcan los protocolos y procedimientos necesarios para que las personas puedan ser atendidas con los recursos médicos suficientes, acercando los recursos a las residencias o bien pudiendo trasladar a las personas mayores a los centros sanitarios.
Nosotros tenemos un posicionamiento, trabajado por expertos del sector y en el que han colaborado miembros de Edad&Vida, del sector residencial, de la atención domiciliaria y CEOMA-UDP, en el que pedimos una reconversión plena del sector, con una mayor integración social y sanitaria que ponga en el centro del sistema a la persona para que sea atendida allá donde esté con los medios sanitarios y sociales que precise. No puede ser que en una residencia geriátrica no haya médicos, tienen que estar integrados en el sistema.
¿Cómo afectará la pandemia en salud y dinero a las personas mayores?
Es la pregunta del millón. Es cierto que para mejorar el sistema se necesitan recursos económicos, y la crisis económica que probablemente se va a producir dentro de unos meses no va a facilitar que se pongan más recursos en un sistema social y sanitario ya muy deteriorado.
Creemos que las pensiones van a ser de las últimas cosas que se van a tocar, pero que, probablemente, se abordará cierta reforma. Tenemos que empezar a trabajar en dos aspectos: alargar al máximo la época en que eres mayor pero estás en plena forma, para llegar lo más tarde posible a un estadio de dependencia; y, por otra parte, trabajar en temas divulgativos a nivel económico para explicar a la gente que la prevención tiene un coste y que en España nunca se ha invertido en prevención a nivel público, con lo cual es bastante probable que las personas que quieran invertir en prevención, tengan que hacerlo por sus propias iniciativas.
La prevención no tiene por qué ser cara,
estamos hablando de una alimentación sana y saludable, de realizar actividad física como un paseo… Es la única forma de que el sistema requiera menos servicios costosos en las últimas etapas de la vida.