7 de cada 10 usuarios de residencias de mayores y 8 de cada 10 empleados que las atienden son mujeres. Los cuidados están feminizados tanto entre quienes los prestan como entre quienes los reciben. AMADE reclama profesionalizar los cuidados sin sesgo de género.
El 70 % de los usuarios de residencias de mayores son mujeres, mientras que el 80 % de los trabajadores de estos centros también lo son. Son datos que proporciona la Asociación Madrileña de Atención a la Dependencia (AMADE), que reclama que, pese a esta realidad, la profesionalización de los cuidados no tenga sesgo de género.
“El sistema de los cuidados está cambiando. Las nuevas generaciones de mayores exigen trabajadores, mujeres y hombres, formados y capacitados que den respuesta a sus necesidades”, explica la directora general de AMADE, Inmaculada Cerejido.
Mujeres profesionales del sector de atención a la dependencia
Las mujeres ocupan mayoritariamente los puestos de atención directa en residencias, centros de día y servicios domiciliarios, explican desde AMADE. Por eso, el engrosamiento y la actualización de las plantillas debe tener en cuenta esta realidad, como destaca Cerejido al afirmar que “debemos ofrecer un entorno laboral que les permita compatibilizar su vida familiar y profesional. Cada trabajadora es una pieza clave de nuestra empresa, la cara que ven nuestros usuarios y la principal embajadora de nuestra marca”. Y añade: “Si calculamos el coste que tiene la rotación y las bajas, afloraría una bolsa económica de la que podríamos disponer para establecer mejoras que nos permitan fidelizar a las trabajadoras”.
Cómo captar nuevos profesionales
Desde AMADE invitan a invertir más en el sector para hacerlo más atractivo a hombres y mujeres, sobre todo jóvenes, para que puedan verlo como una opción profesional con trayectoria de crecimiento y desarrollo a futuro. Pese a ello, Cerejido reconoce que “aún tenemos una asignatura pendiente: el reconocimiento por parte de la sociedad, e incluso de la administración pública”.
Sin embargo, desde AMADE destacan que el hecho de que actualmente sea un sector que exige una titulación ha permitido mejorar su consideración social. Y, respecto a las mujeres, esta necesidad de estar formados para crecer ha permitido que muchas ya se sitúen en puestos directivos. Pero todavía queda mucho camino por recorrer para situar al sector de atención a la dependencia en la posición social que se corresponde con su importancia para el Estado de Bienestar.