Personas mayores que viven solas en Cataluña han recibido más de 300 postales navideñas de manos de profesionales de los Servicios de Atención Domiciliaria (SAD) de la región, como parte de una campaña para combatir la soledad no deseada.
Como cada Navidad, las entidades del sector de atención a la dependencia se vuelcan en intentar hacer de estas fechas un momento de mayor felicidad para las personas mayores en situación de soledad no deseada.
Una de estas iniciativas es la que ha impulsado Accent Social en Cataluña, donde profesionales del Servicio de Atención Domiciliaria (SAD) han entregado hasta 300 postales navideñas a personas mayores que viven solas en la región.
Se trata de postales elaboradas por los propios profesionales de Accent Social y sus familiares, quienes han volcado en estos detalles su cariño para hacerles llegar sus mejores deseos a los mayores para esta Navidad.
La lucha contra la soledad no deseada es una lucha de todos
Como destacan desde esta entidad, “el personal de Accent Social es muy importante para las personas que atienden en los SAD. Con ellas, han creado y reforzado un vínculo profesional muy especial y, por eso, está siendo el mismo equipo de profesionales el que está haciendo entrega de las postales de manera individualizada a los domicilios”.
Los mayores ya están acostumbrados a estos profesionales, que se encargan de ellos habitualmente, por lo que recibir estas postales supone un momento de felicidad porque implica recibir un regalo de una persona cercana y querida.
Así lo ha explicado Montse Parés, delegada social de Accent Social, al destacar que “somos conscientes de que muchas de las personas usuarias sufren de soledad no deseada, especialmente en fechas tan señaladas como las fiestas de Navidad. Por eso, desde Accent Social hemos querido llevar a cabo esta pequeña acción para contribuir, en parte, a reducir la sensación de aislamiento de las personas mayores”.
El feedback recibido por los usuarios no ha podido ser muy positivo. De hecho, algunos han reconocido que llevaban años sin recibir una postal, lo que ha supuesto volver a conectar con buenos recuerdos y, sobre todo, recibir un sencillo detalle que supone un reconocimiento directo de que, aunque vivan solos y a menudo se sientan solos, hay mucha gente que los quiere.
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